2/07/2017, 16:52
« Ya me quedan pocos sitios por visitar en este lugar »
Una vez más, las andanzas de Juro le habían llevado a otro recóndito lugar del país de los dojos. Incapaz de quedarse en casa — cuando lo hacía, no hacía más que pensar en los combates y en cuanto empezarían — se había embarcado en otro viaje espiritual al bosque.
Sin embargo, ahí estaba, delante de un enorme lago partido por un puente, que cruzaba de orilla a orilla. Se había desviado un poco.
— Perdona, Gen. Creo que hemos andado para nada — Gen, a su espalda, cubierto por la manta, protestaba silenciosamente —, pero no te enfades. No hay mal que por bien no venga. Mira este lago tan bonito.
Juro se adentró en el puente, dispuesto a no admitir su error. Ni loco volvía a rehacer el camino hacia el hotel. Ya que estaba ahí, disfrutaría de lo que fuese.
En mitad del punto, Juro observó que había alguien más, quizá atraído por el lago, como él. Agudizando la vista, vio que era una chica pequeña, de pelo magenta, que observaba la infinidad del agua. Por alguna razón, sintió simpatía con ella. Le agradaba el que una persona disfrutase así del ambiente.
Sin llamar mucho la atención, se acercó un poco a ella, sin llegar a ponerse a su lado.
— Hola — saludó, con media sonrisa —. ¿Has venido a ver el lago?
Una vez más, las andanzas de Juro le habían llevado a otro recóndito lugar del país de los dojos. Incapaz de quedarse en casa — cuando lo hacía, no hacía más que pensar en los combates y en cuanto empezarían — se había embarcado en otro viaje espiritual al bosque.
Sin embargo, ahí estaba, delante de un enorme lago partido por un puente, que cruzaba de orilla a orilla. Se había desviado un poco.
— Perdona, Gen. Creo que hemos andado para nada — Gen, a su espalda, cubierto por la manta, protestaba silenciosamente —, pero no te enfades. No hay mal que por bien no venga. Mira este lago tan bonito.
Juro se adentró en el puente, dispuesto a no admitir su error. Ni loco volvía a rehacer el camino hacia el hotel. Ya que estaba ahí, disfrutaría de lo que fuese.
En mitad del punto, Juro observó que había alguien más, quizá atraído por el lago, como él. Agudizando la vista, vio que era una chica pequeña, de pelo magenta, que observaba la infinidad del agua. Por alguna razón, sintió simpatía con ella. Le agradaba el que una persona disfrutase así del ambiente.
Sin llamar mucho la atención, se acercó un poco a ella, sin llegar a ponerse a su lado.
— Hola — saludó, con media sonrisa —. ¿Has venido a ver el lago?
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60