20/07/2017, 15:27
Sin embargo ninguno de los dos Datsues era en realidad el de carne y hueso, ya que cuando su shuriken atravesó el que más cerca estaba de su posición y cuando su clon atravesó el segundo Datsue, un tercero habló desde su espalda, y el dolor que sintió en la espalda fue como si sus palabras atravesasen el punto más alto de ella, y notó como si un líquido caliente se deslizase por ella hasta empapar su ropa.
El muy Uchiha había clavado un kunai en su cuerpo.
«¡Hijo de perra!»
—¿¡Qué se siente, Eri!? ¡Esto es lo que sintió Akame cuando le traicionaste! Así que dime, ¡¿qué se siente al recibir un puñal por la espalda?!
— Te vuelvo a decir que yo —hizo una breve pausa mientras se llevaba la mano izquierda al pecho y giraba su vista hacia él. — Nunca he traicionado a nadie... — La joven permanecía quieta, intentando no moverse para no acrecentar el dolor de la espalda que ya comenzaba a sentirse en todo su cuerpo. — ¡Acusar, sin embargo; sí que es un acto lamentable!
Mientras la chica hablaba, una serie de sellos había sido hecha por su mano izquierda, intentando por todos los medios que Datsue no se diese cuenta de ello —pero no segura, intentó que fuese lo más rápido que sus manos le prestaron—, así, cuando el Uchiha descalzó su única getta que vestía mientras insistía a Eri que se rindiese, ella cambió de posición con el zapato.
Era su última baza, a la desesperada como podría también definirse, por ello cuando su cuerpo intercambió lugar con aquel trozo de madera y tela, Eri actuó, intentando hacer un barrido a las piernas de Datsue para luego intentar dar una patada al estómago del chico. Si diera, le estaría mandando a volar lo más lejos que pudiera su escasa fuerza.
Sin embargo le pasó factura, pues el kunai había hecho estragos en ella y el dolor comenzaba a atacar su cabeza, haciendo que por momentos viese el lugar borroso, obligándola a parpadear más de lo acostumbrado mientras sus músculos avisaban a su dueña de que pronto se tendría que ver obligada a retirarse de allí para sanar la herida.
El muy Uchiha había clavado un kunai en su cuerpo.
«¡Hijo de perra!»
—¿¡Qué se siente, Eri!? ¡Esto es lo que sintió Akame cuando le traicionaste! Así que dime, ¡¿qué se siente al recibir un puñal por la espalda?!
— Te vuelvo a decir que yo —hizo una breve pausa mientras se llevaba la mano izquierda al pecho y giraba su vista hacia él. — Nunca he traicionado a nadie... — La joven permanecía quieta, intentando no moverse para no acrecentar el dolor de la espalda que ya comenzaba a sentirse en todo su cuerpo. — ¡Acusar, sin embargo; sí que es un acto lamentable!
Mientras la chica hablaba, una serie de sellos había sido hecha por su mano izquierda, intentando por todos los medios que Datsue no se diese cuenta de ello —pero no segura, intentó que fuese lo más rápido que sus manos le prestaron—, así, cuando el Uchiha descalzó su única getta que vestía mientras insistía a Eri que se rindiese, ella cambió de posición con el zapato.
Era su última baza, a la desesperada como podría también definirse, por ello cuando su cuerpo intercambió lugar con aquel trozo de madera y tela, Eri actuó, intentando hacer un barrido a las piernas de Datsue para luego intentar dar una patada al estómago del chico. Si diera, le estaría mandando a volar lo más lejos que pudiera su escasa fuerza.
Sin embargo le pasó factura, pues el kunai había hecho estragos en ella y el dolor comenzaba a atacar su cabeza, haciendo que por momentos viese el lugar borroso, obligándola a parpadear más de lo acostumbrado mientras sus músculos avisaban a su dueña de que pronto se tendría que ver obligada a retirarse de allí para sanar la herida.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)