25/07/2017, 23:32
(Última modificación: 29/07/2017, 02:50 por Amedama Daruu.)
Ayame volvió a ruborizarse hasta las orejas, y negó el piropo de Daruu tapándose la cara con ambas manos. Justo en ese momento decidió volver la camarera para traerles los platos. Dejó sobre la mesa los dos boles de ramen con carne, la botella de agua y dos vasos, y después pasó a interesarse por el estado de Ayame.
—¡N...! ¡S...! —balbuceaba la muchacha.
—P... ¡pero bebe agua, chica! —exclamó, y abrió la botella de agua para verter un poco en el vaso. Se lo acercó a Ayame.
Cuando todo el espectáculo hubo acabado y estaban a solas con sus boles de ramen, los muchachos estaban mucho más tranquilos. Algo en lo que concentrarse y desviar la atención, quizás poder juguetear con los palillos...
—Entonces, supongo que... somos novios. ¿No? —dijo Daruu, aún sin atreverse a mirar a Ayame del todo—. ¿Cómo crees que vamos a decírselo a nuestras familias...?
Se imaginó frente a Zetsuo, diciéndole que había empezado a salir con su hija. Se imaginó que sus fideos estaban muy ricos y sabían muy bien, que era una imagen mucho más agradable.
—Tu padre nos mata.
—¡N...! ¡S...! —balbuceaba la muchacha.
—P... ¡pero bebe agua, chica! —exclamó, y abrió la botella de agua para verter un poco en el vaso. Se lo acercó a Ayame.
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Cuando todo el espectáculo hubo acabado y estaban a solas con sus boles de ramen, los muchachos estaban mucho más tranquilos. Algo en lo que concentrarse y desviar la atención, quizás poder juguetear con los palillos...
—Entonces, supongo que... somos novios. ¿No? —dijo Daruu, aún sin atreverse a mirar a Ayame del todo—. ¿Cómo crees que vamos a decírselo a nuestras familias...?
Se imaginó frente a Zetsuo, diciéndole que había empezado a salir con su hija. Se imaginó que sus fideos estaban muy ricos y sabían muy bien, que era una imagen mucho más agradable.
—Tu padre nos mata.