26/07/2017, 20:05
Conforme iban llegando al destino, Datsue el intrépido tramaba la manera de agenciarse aquello que quería, en éste caso un viaje —quizás sin retorno— a las famosas pirámides de Sanbei. Fuese como fuese, la chica tampoco le vio manera de malpensar sobre el asunto, seguramente el intrépido quisiese ir por aquello que aguardaba en las bases de aquellas construcciones, unas inmensas fortunas que ningún humano sería capaz de gastar a lo largo de su vida. Al menos, eso afirmaban las historias.
Datsue afirmó que así pues, lo harían, viajarían juntos. Al poco de decirlo, cayó en cuenta. Necesitaban sincronizarse para emprender el viaje, en un principio lanzó la pregunta de si sabía cuando lo haría, pero casi al instante afirmó que ya tenía la manera mas certera de poder avisar. Chocó la base de su puño con la palma de su otra mano, en gesto de convicción, e informó de que lo que la kunoichi debía hacer era subir al lugar mas alto que pudiese, y cuando el viento soplase hacia el sur —y solo hacia el sur— susurrar su nombre. Así pues, estaría con ella en menos de lo que un Kusareño grita: ¡me rindo!.
La chica no pudo evitar acompañar la breve carcajada del chico, había sido un buen chiste, había de admitirlo...
—Jajajaja.... desde luego... vaya ocurrencia... jajajaja... —admitió mientras secaba una lágrima que asomaba por el rabillo del ojo, a causa de la risa.
—Pobres Kusareños, son como el Lepe de Oniido...
La chica sin embargo, no había dejado de preguntarse cuando iba a ir realmente a cruzar el desierto, y aventurarse pirámide adentro. La aventura le llamaba, pero quizás debía adiestrarse un poco mas en las artes del origami previo viaje. Mas que nada, porque quedar atrapada en una pirámide por toda la eternidad no era una idea que le hiciese demasiada gracia...
—Seguramente comience el viaje en un par de meses, tres si quiero asegurarme de haber completado el entrenamiento que tengo en mente. Si te parece, podemos quedar justo en tres meses en algún sitio entre medio de nuestros países, un sitio como... por ejemplo aquí, que nos pillaría relativamente cerca del país del viento. ¿Te parece?
Datsue afirmó que así pues, lo harían, viajarían juntos. Al poco de decirlo, cayó en cuenta. Necesitaban sincronizarse para emprender el viaje, en un principio lanzó la pregunta de si sabía cuando lo haría, pero casi al instante afirmó que ya tenía la manera mas certera de poder avisar. Chocó la base de su puño con la palma de su otra mano, en gesto de convicción, e informó de que lo que la kunoichi debía hacer era subir al lugar mas alto que pudiese, y cuando el viento soplase hacia el sur —y solo hacia el sur— susurrar su nombre. Así pues, estaría con ella en menos de lo que un Kusareño grita: ¡me rindo!.
La chica no pudo evitar acompañar la breve carcajada del chico, había sido un buen chiste, había de admitirlo...
—Jajajaja.... desde luego... vaya ocurrencia... jajajaja... —admitió mientras secaba una lágrima que asomaba por el rabillo del ojo, a causa de la risa.
—Pobres Kusareños, son como el Lepe de Oniido...
La chica sin embargo, no había dejado de preguntarse cuando iba a ir realmente a cruzar el desierto, y aventurarse pirámide adentro. La aventura le llamaba, pero quizás debía adiestrarse un poco mas en las artes del origami previo viaje. Mas que nada, porque quedar atrapada en una pirámide por toda la eternidad no era una idea que le hiciese demasiada gracia...
—Seguramente comience el viaje en un par de meses, tres si quiero asegurarme de haber completado el entrenamiento que tengo en mente. Si te parece, podemos quedar justo en tres meses en algún sitio entre medio de nuestros países, un sitio como... por ejemplo aquí, que nos pillaría relativamente cerca del país del viento. ¿Te parece?
![[Imagen: 2UsPzKd.gif]](http://i.imgur.com/2UsPzKd.gif)