31/07/2017, 22:10
El chico, que reposaba plácidamente —vendado como una momia o un poco mas— aguardaba cuidados, o simplemente guardaba reposo. Se veía casi que dormido, o quizás las vendas no le daban veda a hacer gesto alguno. Al menos así se veía mono, quizás le faltaban unas cuantas vendas en la boca...
La chica sonrió, por no decir que casi ríe ante la idea que bien llegaba a seducirla. Pero, lejos de llevarla a cabo, había venido para ver si se encontraba bien. En cierto momento, el chico pareció despertar. Observó hacia los lados, y llamó a la enfermera, tras no escuchar respuesta al doctor. Ninguna de las partes reclamadas hizo gala de presencia, pues cerca no había nadie mas, y su voz apenas llegaba a poder considerarse alta.
La chica dejó caer un suspiro tras la puerta. Sin mas, tomó el pomo, y abrió la puerta que le separaba de su compañero de aldea. Su mirada se clavó en la del chico, aunque no de manera tosca o enfadada. Casi... casi se podría decir que justo lo contrario.
—Andan un poco liados, aunque por lo que veo, seguro que algo menos que tu... —se atrevió a bromear. —¿Cómo te encuentras, chico?