1/08/2017, 19:06
Por alguna razón, el que el chico de piel bronceada, llamado Yota, pareciera tan nervioso como ella, calmó un poco a Taeko. Quizá la empatía de uno con el otro hizo que ambos se sintieran mejor.
La peliplateada le obsequió un par de reverencias a modo de disculpa por haberse ido tan rápidamente, y le dedicó una nota.
≫Mucho gusto, Yota-san. Yo soy Taeko.
¡Qué nervios! ¿De qué tratará la misión?
Podría haberse quedado a discutir la absoluta sorpresa de trabajar en una misión secreta con aquel chico rubio, pero algo le dijo que no debía de perder más tiempo. Asintió en dirección a su compatriota y luego agitó la cabeza hacia la puerta que daba a la terraza.
Al salir, se quedó inmóvil. La escena que tenía ante sus ojos la abrumó, haciéndola hiperventilar por un momento, y mandando un escalofrío por su espalda.
Había mucha gente en aquella terraza. Por un lado una atemorizante mujer de piel clara y cabellos negros, con una marca de Amegakure directamente en la piel de su frente. Por otro, una fémina pelirroja que se mostraba tan impaciente que parecía estar a punto de estallar. Entre ellas, un rostro ya conocido, aunque pocas veces visto, el risueño Morikage Moyashi Kenzō.
A pesar de las diferencias en sus expresiones, los tres irradiaban un aura de poder y autoridad, reflejado en quienes seguían a cada persona: una mujer con un gorro gris, un hombre enorme en cuestión tanto de cuerpo como de presencia, y un varón con el rostro oculto por una sombrilla.
”No… No puede ser… ¿Acaso esas mujeres son…? ¿La… La Arashikage y la Uzukage?” Taeko se paralizó por un momento. No era muy versada en cuanto a ninjas de otro lugar, pues pocas veces le interesaba. Sabía que la Arashikage se apellidaba Amekoro, aunque no recordaba su nombre de pila. Y sabía que era terriblemente fuerte. Sobre la Uzukage solo había escuchado que había muerto hacía no mucho, y la actual líder era del mismo clan. Taeko tragó saliva, intimidada por aquellos poderosos ninjas.
Sin embargo, una vista rápida a la Arashikage la calmó: dos personitas conocidas y queridas para Taeko estaban sentadas detrás de la fémina. La brillante sonrisa de Aotsuki Ayame disipó algo de su nerviosismo, y el impecable peinado de Manase Mogura le inspiró paz, de alguna manera. Taeko les dedicó a ambos una suave sonrisa y un leve saludo con la cabeza. Pasase lo que pasase, al menos estaría en compañía de personas que sabía eran buenas. Por el lado de la Uzukage vio, con dificultad, pues el inmenso hombre los tapaba casi totalmente, a un par de jóvenes ninjas de cabellos oscuros.
Miró brevemente a Yota, y luego siguió al saludo del Morikage y su gesto, invitándolos a sentarse con él tal como los otros ninjas menores con sus líderes. La peliplateada inclinó profundamente ante Kenzō, luego ante la Arashikage y después ante la Uzukage. A paso tímido pero no lento, se acercó más al Morikage y sentó en diagonal detrás de él, quedando del mismo lado que la comitiva de Amegakure.
”OH POR TODOS LOS DIOSES. ¡Es en serio una misión S! ¡Con ANBU (creo) y Kages y ninjas de otras aldeas! ¿Cómo podría ayudar una simple genin como yo? ¡Y en mi primera misión! Oh, madre ¿qué me aconsejarías en este momento? ¡Seguramente te pondrías muy mal! Es bueno que sea una misión secreta, entonces… ¡Debo de concentrarme! ¡No debo dejar que la emoción me domine!”
Si los presentes hubiesen podido escuchar la mente de Taeko, tal como aquella rubia hizo en tierras lejanas, habrían oído agudos grititos de la emoción. A pesar de ello, Taeko intentaba mantener una expresión seria y formal, aunque su rostro estuviera rojo como un tomate.
¿Todo en manos de los dioses, no? Pues parecía que a los dioses se les había pasado un poco...
SILENCE
〘When deed speaks, words are nothing.〙
"Pienso" (thistle) ❀ ≫Escribo (orchid)
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