3/08/2017, 17:14
Una corriente de electricidad recorrió su cuerpo cuando sintió que Aiko le correspondía, poniéndole la piel de gallina. Y cuando ésta le mordió, provocó una chispa en su interior que incendió la sangre que corría por sus venas, alimentando sus músculos con un fuego formado de puro delirio. Se sentía poderoso, pletórico, invencible… Sentía que podía mover una montaña con tan solo la fuerza de sus brazos. Que podía llegar al torneo y pasar de ronda en ronda con los ojos vendados y las manos anudadas tras la espalda. Y entonces…
… Aiko puso fin a su éxtasis, separándose de él.
El Uchiha se quedó callado. Jamás creyó que un beso podía sentirse tan bien. Su corazón seguía latiendo con fuerza, y una sonrisa inevitable se formó en su rostro cuando la kunoichi le acusó de mentir.
—No te mentí —se excusó, todavía acalorado, tratando de impregnar un tono inocente en su voz—. Es solo que normalmente practico mucho los trucos de magia antes de hacerlos de cara al público, y con este… Bueno, es la primera vez que lo intento.
La mano de Datsue, que había estado tras la nuca de Aiko, descendió, recorriendo toda su espalda hasta detenerse en la cintura. Luego la rodeó también con la otra mano, a la misma altura, y la atrajo hacia él. Vio que ella se mordía el labio inferior. Estaba… ¿dudando? «¿Qué haría Genji Monogatari en una situación como esta?» Muchas habían sido las historias que había leído sobre aquel genio conquista corazones, y si por algo se caracterizaba aquel hombre, eso era por ser un tipo intrépido con las mujeres. «¿Y cómo me llamo yo?»
—Aiko, yo… —tenía en la mente en blanco. Por primera vez en mucho tiempo, no sabía qué decir. Ninguna frase grandilocuente acudía a su memoria. Ningún verso de amor, de tantos que había leído, le salía al rescate. Esta vez la responsabilidad era suya. Esta vez… diría lo que verdaderamente sentía—. Me gustas —susurró, a centímetros de sus labios.
Simple, llano y directo. Quizá tendría que haber abordado mejor el tema. Quizá tendría que haberlo dicho de otra forma. Pero en aquel momento, en aquel instante, fue lo único que le salió. Era la verdad. Aiko no tan solo le atraía físicamente, sino que, cuánto más conocía de ella, más le gustaba su personalidad. Le gustaba la forma en que sonreía. Le gustaban sus bromas, su picardía, como muchas veces iba un paso por delante de él… ¿Significaba eso que estaba enamorado?
«Ni de coña», se dijo, a sí mismo. Hacía mucho tiempo que había renunciado al amor. Antes incluso de haber entrado en Uzushiogakure no sato por primera vez. Mucho antes…
… Aiko puso fin a su éxtasis, separándose de él.
El Uchiha se quedó callado. Jamás creyó que un beso podía sentirse tan bien. Su corazón seguía latiendo con fuerza, y una sonrisa inevitable se formó en su rostro cuando la kunoichi le acusó de mentir.
—No te mentí —se excusó, todavía acalorado, tratando de impregnar un tono inocente en su voz—. Es solo que normalmente practico mucho los trucos de magia antes de hacerlos de cara al público, y con este… Bueno, es la primera vez que lo intento.
La mano de Datsue, que había estado tras la nuca de Aiko, descendió, recorriendo toda su espalda hasta detenerse en la cintura. Luego la rodeó también con la otra mano, a la misma altura, y la atrajo hacia él. Vio que ella se mordía el labio inferior. Estaba… ¿dudando? «¿Qué haría Genji Monogatari en una situación como esta?» Muchas habían sido las historias que había leído sobre aquel genio conquista corazones, y si por algo se caracterizaba aquel hombre, eso era por ser un tipo intrépido con las mujeres. «¿Y cómo me llamo yo?»
—Aiko, yo… —tenía en la mente en blanco. Por primera vez en mucho tiempo, no sabía qué decir. Ninguna frase grandilocuente acudía a su memoria. Ningún verso de amor, de tantos que había leído, le salía al rescate. Esta vez la responsabilidad era suya. Esta vez… diría lo que verdaderamente sentía—. Me gustas —susurró, a centímetros de sus labios.
Simple, llano y directo. Quizá tendría que haber abordado mejor el tema. Quizá tendría que haberlo dicho de otra forma. Pero en aquel momento, en aquel instante, fue lo único que le salió. Era la verdad. Aiko no tan solo le atraía físicamente, sino que, cuánto más conocía de ella, más le gustaba su personalidad. Le gustaba la forma en que sonreía. Le gustaban sus bromas, su picardía, como muchas veces iba un paso por delante de él… ¿Significaba eso que estaba enamorado?
«Ni de coña», se dijo, a sí mismo. Hacía mucho tiempo que había renunciado al amor. Antes incluso de haber entrado en Uzushiogakure no sato por primera vez. Mucho antes…
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado