4/08/2017, 19:53
Ese impacto… Desde el primer toque la chica ya había sentido el ardor producto de las quemaduras que pronto se acentuaría exponencialmente al caer de culo al piso. Ni bien aterrizó sintió como cada músculo se contraía y una mueca de dolor se le dibujaba en el rostro, incluso una lagrimilla se le escapó de un ojo pero tan pronto como alzó la vista y vio a aquel con quién chocó su rostro cambió rápidamente.
—¡Ah! Este… —Hizo una ligera pausa mientras trataba de recordar—. ¿Akame-san? —Preguntó con una mirada que acompañaba a su duda.
No era que no le importase el nombre de aquel que le había dado una paliza, pero es que entre todo lo que ocurrió en el lugar no podían culparla por haberse olvidado del nombre de su contrincante.
«¿Por qué él? Me podía topar con tantos otros, como Datsue o el rubio pero… ¿Justo él? »Se lamentaba mientras se ponía de rodillas allí mismo donde había caído, su idea era la de recolectar todos los libros que se habían caído de las manos de Akame pero… ¿Por qué diablos traía tantos encima?
—Yo tampoco iba muy atenta —respondió con una sonrisa algo nerviosa.
A diferencia de él, ella se estaba tomando su tiempo para juntar libro por libro en un intento por minimizar el ardor que pudiera sentir por el simple hecho de moverse, de ahí que ella siguiera con esa lenta tarea mientras que su interlocutor ya había hecho absolutamente todo con la misma eficiencia con la que días atrás la había “cocinado viva”.
—Puedes llamarme Koko si lo deseas —le indicó tomando un libro de tapa oscura y dura—. Por cierto, no pude decírtelo en su momento pero… Buena pelea —estaba nerviosa y se le notaba en la mirada.
Pero era lo único que se le ocurría para romper el hielo con ese chico, después de todo parecía ser excesivamente serio y formal, no por nada la llamaba por el apellido.
—¡Ah! Este… —Hizo una ligera pausa mientras trataba de recordar—. ¿Akame-san? —Preguntó con una mirada que acompañaba a su duda.
No era que no le importase el nombre de aquel que le había dado una paliza, pero es que entre todo lo que ocurrió en el lugar no podían culparla por haberse olvidado del nombre de su contrincante.
«¿Por qué él? Me podía topar con tantos otros, como Datsue o el rubio pero… ¿Justo él? »Se lamentaba mientras se ponía de rodillas allí mismo donde había caído, su idea era la de recolectar todos los libros que se habían caído de las manos de Akame pero… ¿Por qué diablos traía tantos encima?
—Yo tampoco iba muy atenta —respondió con una sonrisa algo nerviosa.
A diferencia de él, ella se estaba tomando su tiempo para juntar libro por libro en un intento por minimizar el ardor que pudiera sentir por el simple hecho de moverse, de ahí que ella siguiera con esa lenta tarea mientras que su interlocutor ya había hecho absolutamente todo con la misma eficiencia con la que días atrás la había “cocinado viva”.
—Puedes llamarme Koko si lo deseas —le indicó tomando un libro de tapa oscura y dura—. Por cierto, no pude decírtelo en su momento pero… Buena pelea —estaba nerviosa y se le notaba en la mirada.
Pero era lo único que se le ocurría para romper el hielo con ese chico, después de todo parecía ser excesivamente serio y formal, no por nada la llamaba por el apellido.