6/08/2017, 13:53
Para su sorpresa, lo que Kaido le había descrito era exactamente el poder especial que había conocido de Ayame, que también poseía su tío, Karoi. Todos miembros del clan Hozuki. Daruu se cruzó de brazos y asintió, interesado.
—Vaya, vaya, otro Hozuki —dijo—. Entonces sé exactamente de lo que hablas, lo he visto con mis propios ojos. Conozco al menos a dos más.
Se rascó la nuca y señaló más adelante, donde el pliegue del camino se perdía de nuevo, zigzagueante.
—Está bien. Ahora que nos conocemos mejor, continuemos el camino.
Y continuaron el camino. Ataviados con sus capas de viaje gruesas y con el viento helado en contra, pisando en la nieve con fuerza para no resbalar, los genin zigzaguearon por el desfiladero hasta llegar a lo que parecía ser la entrada de una cueva enorme, tal y como había previsto Daruu. Y tal y como había previsto Daruu, dentro la caverna se extendía, enorme. A ambos lados de la esfera hueca había un desfiladero con la entrada y la salida, y entre medias, un montón de finos pilares de hielo en los que apenas les cabría un pie. Abajo, en el fondo, un sinfín de estalagmitas recubiertas de una fina capa gélida esperaban, pacientes, a que cayeran.
Habían esqueletos humanos en el fondo. A Daruu le dio un escalofrío y echó una pierna hacia atrás, dubitativo.
—No es que todo esto me de demasiada confianza, Kaido.
—Vaya, vaya, otro Hozuki —dijo—. Entonces sé exactamente de lo que hablas, lo he visto con mis propios ojos. Conozco al menos a dos más.
Se rascó la nuca y señaló más adelante, donde el pliegue del camino se perdía de nuevo, zigzagueante.
—Está bien. Ahora que nos conocemos mejor, continuemos el camino.
Y continuaron el camino. Ataviados con sus capas de viaje gruesas y con el viento helado en contra, pisando en la nieve con fuerza para no resbalar, los genin zigzaguearon por el desfiladero hasta llegar a lo que parecía ser la entrada de una cueva enorme, tal y como había previsto Daruu. Y tal y como había previsto Daruu, dentro la caverna se extendía, enorme. A ambos lados de la esfera hueca había un desfiladero con la entrada y la salida, y entre medias, un montón de finos pilares de hielo en los que apenas les cabría un pie. Abajo, en el fondo, un sinfín de estalagmitas recubiertas de una fina capa gélida esperaban, pacientes, a que cayeran.
Habían esqueletos humanos en el fondo. A Daruu le dio un escalofrío y echó una pierna hacia atrás, dubitativo.
—No es que todo esto me de demasiada confianza, Kaido.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)