10/08/2017, 00:22
Todo iba bien, alegre y bonito entre ambos shinobis que intentaban profundizar un poco más la relación casi inexistente que tenían a pesar de ser compatriotas hasta que, mientras la pecosa se llevaba otro trozo de sushi a la boca, llegó la pregunta del millón, aquella que no muy a menudo le hacían pero que de todas formas, lentamente iba aceptando.
—Sí, escuché algunos como que renunció por miedo a llevarse un corte en la cara y otros tantos igual de estúpidos —respondió acomodándose en la silla.
Su alegre mirada se había transformado en otra un tanto más melancólica, es cierto que no había tenido la culpa de nada, pero no dejaba de molestarle el hecho de que por una negligencia su propia hermana haya terminado de tal forma.
—Sabes que el clan Sakamoto es numeroso, ¿verdad? Todo lo que se mueva allí adentro es parte de la familia —comenzó a explicar haciendo algunas pausas para meditar cuánto realmente podía revelar, aunque mucho de lo que diría es en realidad de conocimiento público—. De todo el clan solo se aceptó que nueve de mis hermanos se convirtiesen en shinobis por ciertas… Razones.
Definitivamente no podía decir nada sobre la búsqueda de su padre, eso de concebir a la kunoichi “perfecta” así que en lugar de ahondar en el tema se aclaró la garganta y siguió con el relato.
—De esos nueve, cinco seis son jounins, uno es chuunin y dos eran genins. A los jounins les asignaron una misión de rango A, bastante lejos y decidieron llevarse a Noemi que estaba libre por aquellos días, básicamente porque con lo débil que era les serviría bien como mensajera y eso, en ningún momento pensaron que correría peligro y… —Hizo una ligera pausa simplemente por gusto, por tomar algo de aire—. Se separaron en algún momento y algunos rebeldes la interceptaron completamente sola.
Ahora era cuando aparecía alguno de sus hermanos y le decía algo, por ello no más giró la cabeza para mirar la puerta y alguna que otra ventana del local pero no, nada, había olvidado que ya no estaba en Uzushiogakure y los Sakamoto no tenían nada que hacer allí, salvo tal vez Hideo y Noemi.
—La secuestraron, la retuvieron por poco tiempo pero suficiente para que cuando los jounins llegaron al lugar la encontraron… —Otra pausa, esta vez para buscar palabras que no fuesen similares a “mutilada”—. Digamos que no está en condiciones físicas de seguir ejerciendo.
Y con final abrupto, terminó la explicación de por qué Noemi renunció, solo esperaba que Akame no pidiera más detalles al respecto porque hablar de cómo le amputaron una pierna y una mano a su hermana no resultaba del todo agradable.
—Sí, escuché algunos como que renunció por miedo a llevarse un corte en la cara y otros tantos igual de estúpidos —respondió acomodándose en la silla.
Su alegre mirada se había transformado en otra un tanto más melancólica, es cierto que no había tenido la culpa de nada, pero no dejaba de molestarle el hecho de que por una negligencia su propia hermana haya terminado de tal forma.
—Sabes que el clan Sakamoto es numeroso, ¿verdad? Todo lo que se mueva allí adentro es parte de la familia —comenzó a explicar haciendo algunas pausas para meditar cuánto realmente podía revelar, aunque mucho de lo que diría es en realidad de conocimiento público—. De todo el clan solo se aceptó que nueve de mis hermanos se convirtiesen en shinobis por ciertas… Razones.
Definitivamente no podía decir nada sobre la búsqueda de su padre, eso de concebir a la kunoichi “perfecta” así que en lugar de ahondar en el tema se aclaró la garganta y siguió con el relato.
—De esos nueve, cinco seis son jounins, uno es chuunin y dos eran genins. A los jounins les asignaron una misión de rango A, bastante lejos y decidieron llevarse a Noemi que estaba libre por aquellos días, básicamente porque con lo débil que era les serviría bien como mensajera y eso, en ningún momento pensaron que correría peligro y… —Hizo una ligera pausa simplemente por gusto, por tomar algo de aire—. Se separaron en algún momento y algunos rebeldes la interceptaron completamente sola.
Ahora era cuando aparecía alguno de sus hermanos y le decía algo, por ello no más giró la cabeza para mirar la puerta y alguna que otra ventana del local pero no, nada, había olvidado que ya no estaba en Uzushiogakure y los Sakamoto no tenían nada que hacer allí, salvo tal vez Hideo y Noemi.
—La secuestraron, la retuvieron por poco tiempo pero suficiente para que cuando los jounins llegaron al lugar la encontraron… —Otra pausa, esta vez para buscar palabras que no fuesen similares a “mutilada”—. Digamos que no está en condiciones físicas de seguir ejerciendo.
Y con final abrupto, terminó la explicación de por qué Noemi renunció, solo esperaba que Akame no pidiera más detalles al respecto porque hablar de cómo le amputaron una pierna y una mano a su hermana no resultaba del todo agradable.