10/08/2017, 19:50
No era mentira que los tres estaban confundidos sobre lo que había sucedido, habiendo escuchado los tres testimonios de los involucrados no quedaba más por hacer. Pero las cosas no habían quedado claras todavía.
—¡Vaya, ahí tenemos las espadas perdidas!
La reacción fue instantánea, Masayuki palideció, Machiko lloró y Toshiro rió. Todo fue una confusión.
— Mirad sus reacciones...
Sin duda alguna no era una tarea fácil juzgar lo que estaba sucediendo ahí, sacar una versión limpia de todo lo que había ocurrido. Los guardias al parecer ya habían tenido suficiente del asunto y se llevarían a los involucrados del lugar, dejando al público libre para que especule un poco.
—Por todos los dioses, nunca había escuchado una historia tan extraña. O mejor dicho, tres.
— Y que lo digas. Si me lo hubieran contado dudo que lo hubiese creído. Pero es una verdadera lastima. Ya sabéis, que nadie haya encontrado una solución verdadera. Me hubiera gustado saber que paso de verdad aqui.
Comentarían los compañeros del joven médico.
» Quizá acaben soltando al noble por su posición, o a su mujer por compasión. Dudo que traten bien al bandido.
El shinobi de Kusagakure se atrevería a dar su punto de vista de lo que podría llegar a pasar en el futuro próximo, un samurai exento de cumplir cualquier condena debido a su estatus social, una mujer liberada por compasión de los guardias y un bandido con poco futuro.
Mori Masayuki fue derrotado por un bandido y permitió que su esposa fuese tomada, si llega a oídos de más gente que además de eso se negó a pelear e incluso entregó sus espadas... bueno. ¡Probablemente se abrirá el estomago con su espada corta...!
Mori Machiko no lo tiene más fácil tampoco, la presión de lo sucedido y su propio clan la hostigaran día a día. Una mujer elegante como ella quedará totalmente desamparada por su propia familia.
De todos los involucrados, el que más fácil parece tenerlo es Mifune Toshiro, su vida no ha cambiado y probablemente no cambie después de lo ocurrido
No sería exagerado pensar que el clan Mori pida la cabeza del bandido, exija seppuku a Masayuki y quien sabe que vayan a hacer con Machiko-dono.
Mogura no se iba a arriesgar a tomar bandos sin antes plantear aquello, no había futuro bueno después de ese día, para nadie. De alguna forma todos eran culpables a los ojos del clan.
Aun así... esas espadas... y la daga... ¿No ha aparecido la daga, verdad?
Se llevó una mano al mentón nuevamente mientras trataba de pensar un poco sobre eso.
—¡Vaya, ahí tenemos las espadas perdidas!
La reacción fue instantánea, Masayuki palideció, Machiko lloró y Toshiro rió. Todo fue una confusión.
— Mirad sus reacciones...
Sin duda alguna no era una tarea fácil juzgar lo que estaba sucediendo ahí, sacar una versión limpia de todo lo que había ocurrido. Los guardias al parecer ya habían tenido suficiente del asunto y se llevarían a los involucrados del lugar, dejando al público libre para que especule un poco.
—Por todos los dioses, nunca había escuchado una historia tan extraña. O mejor dicho, tres.
— Y que lo digas. Si me lo hubieran contado dudo que lo hubiese creído. Pero es una verdadera lastima. Ya sabéis, que nadie haya encontrado una solución verdadera. Me hubiera gustado saber que paso de verdad aqui.
Comentarían los compañeros del joven médico.
» Quizá acaben soltando al noble por su posición, o a su mujer por compasión. Dudo que traten bien al bandido.
El shinobi de Kusagakure se atrevería a dar su punto de vista de lo que podría llegar a pasar en el futuro próximo, un samurai exento de cumplir cualquier condena debido a su estatus social, una mujer liberada por compasión de los guardias y un bandido con poco futuro.
Mori Masayuki fue derrotado por un bandido y permitió que su esposa fuese tomada, si llega a oídos de más gente que además de eso se negó a pelear e incluso entregó sus espadas... bueno. ¡Probablemente se abrirá el estomago con su espada corta...!
Mori Machiko no lo tiene más fácil tampoco, la presión de lo sucedido y su propio clan la hostigaran día a día. Una mujer elegante como ella quedará totalmente desamparada por su propia familia.
De todos los involucrados, el que más fácil parece tenerlo es Mifune Toshiro, su vida no ha cambiado y probablemente no cambie después de lo ocurrido
No sería exagerado pensar que el clan Mori pida la cabeza del bandido, exija seppuku a Masayuki y quien sabe que vayan a hacer con Machiko-dono.
Mogura no se iba a arriesgar a tomar bandos sin antes plantear aquello, no había futuro bueno después de ese día, para nadie. De alguna forma todos eran culpables a los ojos del clan.
Aun así... esas espadas... y la daga... ¿No ha aparecido la daga, verdad?
Se llevó una mano al mentón nuevamente mientras trataba de pensar un poco sobre eso.
Hablo - Pienso