13/08/2017, 21:04
(Última modificación: 13/08/2017, 21:04 por Amedama Daruu.)
—Ahora que lo dices... —comentó Ayame—. Se supone que el clan Hōzuki y el clan Yuki son originarios de Kirigakure. Por lo que seguramente mis antepasados fueran de allí. Me pregunto cómo sería aquello. Seguro que no llovía tanto como en Amegakure —bromeó.
Daruu dejó escapar una risilla irónica.
—Pues supongo que habría mucha niebla.
—Hace poco me crucé con un shinobi de Uzushiogakure. —La voz de Ayame se había cargado de nuevo de seriedad. Daruu escuchó atentamente—. Se llamaba Senpu, o algo así, no lo recuerdo con claridad. Pero no paraba de repetir que el bijuu no debería estar en Amegakure, sino en Uzushiogakure, porque los Uzumaki son los únicos que pueden detener a las bestias. Que sólo se nos concedió como un "regalo" por los daños que había causado en el País de la Tormenta, pero que terminaríamos utilizándolo como un arma, tal y como se había hecho en el pasado. Yo... no quiero que eso ocurra, Daruu-kun. Confío en Yui-sama, ¿pero qué pasará si decide hacer algo así? Los bijuu no son armas, mira lo que ocurrió en el pasado. No quiero que se vuelva a repetir la historia...
Hubo un tenso silencio de unos diez segundos. Daruu se arrebujó en el pecho de Ayame, dejó escapar un suspiro y dijo:
—¿Sabes, Ayame...?
»Los uzureños están locos.
Luego se separó y rodó por el césped hasta quedar a la distancia suficiente para poder extender los brazos y piernas por completo. Disfrutó de la brisa nocturna.
—Si decide hacer algo así, no nos quedará más remedio que seguirla. Pero en mi opinión, no nos queda otra. Se supone que hay un Pacto —dijo Daruu—. así que dudo que eso pase, a no ser que a alguien se le vaya mucho la pinza... Como a ese tío de Uzushio. Sea como fuere, no creo que tu familia permitiera que te pasase nada...
...ni yo tampoco —aseguró, con firmeza.
Daruu dejó escapar una risilla irónica.
—Pues supongo que habría mucha niebla.
—Hace poco me crucé con un shinobi de Uzushiogakure. —La voz de Ayame se había cargado de nuevo de seriedad. Daruu escuchó atentamente—. Se llamaba Senpu, o algo así, no lo recuerdo con claridad. Pero no paraba de repetir que el bijuu no debería estar en Amegakure, sino en Uzushiogakure, porque los Uzumaki son los únicos que pueden detener a las bestias. Que sólo se nos concedió como un "regalo" por los daños que había causado en el País de la Tormenta, pero que terminaríamos utilizándolo como un arma, tal y como se había hecho en el pasado. Yo... no quiero que eso ocurra, Daruu-kun. Confío en Yui-sama, ¿pero qué pasará si decide hacer algo así? Los bijuu no son armas, mira lo que ocurrió en el pasado. No quiero que se vuelva a repetir la historia...
Hubo un tenso silencio de unos diez segundos. Daruu se arrebujó en el pecho de Ayame, dejó escapar un suspiro y dijo:
—¿Sabes, Ayame...?
»Los uzureños están locos.
Luego se separó y rodó por el césped hasta quedar a la distancia suficiente para poder extender los brazos y piernas por completo. Disfrutó de la brisa nocturna.
—Si decide hacer algo así, no nos quedará más remedio que seguirla. Pero en mi opinión, no nos queda otra. Se supone que hay un Pacto —dijo Daruu—. así que dudo que eso pase, a no ser que a alguien se le vaya mucho la pinza... Como a ese tío de Uzushio. Sea como fuere, no creo que tu familia permitiera que te pasase nada...
...ni yo tampoco —aseguró, con firmeza.