14/08/2017, 00:00
(Última modificación: 14/08/2017, 00:04 por Umikiba Kaido.)
Y la lejanía pronto se convirtió en un manchón borroso que se fue apagando a medida de que sus ojos se cerraban. Sin embargo, cuando estuvo a punto de perder la conciencia, sintió lo que para él suponían ser los brazos del Dios de la muerte, que le hizo sentir un calor infernal reconfortante.
Lo que vino después fue todo un misterio, hasta que "despertó".
Lo primero que vio, por encima de la gruesa cama de pieles que le cubría, fue a Daruu.
—H-hola compañero. ¿Cómo te encuentras?
—'OLA, SEÑOR AZUL.
Vale, todo tenía sentido. Si veía a Daruu, y a una montaña peluda de grandes proporciones, lo más parecida a un gorila de cavernas heladas, sólo podía significar una cosa...
—Mierda, entonces sí que estoy muerto. ¿Es ésto el inframundo, Daruu-kun? entonces la senda nos las ha jugado bien, ¿eh? —luego miró al gorila blanco, sin temor. Sin temor porque, si ya estaba muerto, nada podía matarle dos veces—. y tú qué coño eres, el guardián del más allá o qué cojones?
Lo que vino después fue todo un misterio, hasta que "despertó".
Lo primero que vio, por encima de la gruesa cama de pieles que le cubría, fue a Daruu.
—H-hola compañero. ¿Cómo te encuentras?
—'OLA, SEÑOR AZUL.
Vale, todo tenía sentido. Si veía a Daruu, y a una montaña peluda de grandes proporciones, lo más parecida a un gorila de cavernas heladas, sólo podía significar una cosa...
—Mierda, entonces sí que estoy muerto. ¿Es ésto el inframundo, Daruu-kun? entonces la senda nos las ha jugado bien, ¿eh? —luego miró al gorila blanco, sin temor. Sin temor porque, si ya estaba muerto, nada podía matarle dos veces—. y tú qué coño eres, el guardián del más allá o qué cojones?