9/07/2015, 23:36
—Que si, que si, tu dame, si quieres te insulto o algo para me que pegues, o algo que odio mucho, te estiro del pelo...
Me estaba costando convencerlo de que me pegara un puñetazos. Joder, te cruzas con alguien por la calle, te ofre que le des un hostion, y lo rechazas? y luego el monstruo soy yo... Pero en fin, poco a poco el camino se iba despejando y Daruu parecía mas dispuesto a seguir con mis planes. Me insto a colocarme frente a el en un lugar de el parque que no daba a la calle.
Daba igual, por alli nunca pasaba nadie, y el parque estaba abandonado. De quien fue la mente maestra que tuvo la puta ingeniosa idea de construir columpios al aire libre en un sito en el QUE NUNCA PARA LLOVER. Si yo fuera Amekage, le hubiera mandado colgar del palo mas alto de los columpios. Pero no del cuello o de los brazos, no no no, de sus preciosas joyas de la corona. Por inútil.
En fin, me situé donde Daruu me indico, pregunto si estaba listo, pero no me dejo responder que si antes de lanzarme el puñetazo. Así me gustaba joder. Así si.
Peeeeeroooooooooooooooo, el resultado no fue el esperado. No señor. Tenia que haberme desecho en un montón de sangre y luego volverme a juntar. Y sin embargo... el golpe de Daruu reboto en mi mejilla y esta se tambaleo como si de una gelatina se tratara...
—No, no soy de gelatina, no puedes comerme, esto no debería haber funcionado así...
Me estaba costando convencerlo de que me pegara un puñetazos. Joder, te cruzas con alguien por la calle, te ofre que le des un hostion, y lo rechazas? y luego el monstruo soy yo... Pero en fin, poco a poco el camino se iba despejando y Daruu parecía mas dispuesto a seguir con mis planes. Me insto a colocarme frente a el en un lugar de el parque que no daba a la calle.
Daba igual, por alli nunca pasaba nadie, y el parque estaba abandonado. De quien fue la mente maestra que tuvo la puta ingeniosa idea de construir columpios al aire libre en un sito en el QUE NUNCA PARA LLOVER. Si yo fuera Amekage, le hubiera mandado colgar del palo mas alto de los columpios. Pero no del cuello o de los brazos, no no no, de sus preciosas joyas de la corona. Por inútil.
En fin, me situé donde Daruu me indico, pregunto si estaba listo, pero no me dejo responder que si antes de lanzarme el puñetazo. Así me gustaba joder. Así si.
Peeeeeroooooooooooooooo, el resultado no fue el esperado. No señor. Tenia que haberme desecho en un montón de sangre y luego volverme a juntar. Y sin embargo... el golpe de Daruu reboto en mi mejilla y esta se tambaleo como si de una gelatina se tratara...
—No, no soy de gelatina, no puedes comerme, esto no debería haber funcionado así...