14/08/2017, 12:44
Ayame apartó la mirada, incómoda.
—No es sólo cuestión de lo que me pase a mí —dijo—. Es cuestión de que se repita la historia... de que decidan utilizar el bijuu como un simple arma y vuelva a ocurrir aquella desgracia... No podría sobrellevar algo así, sabiendo que tengo dentro de mí un monstruo capaz de aniquilar una aldea entera de la noche a la mañana.
Daruu bajó la vista del cielo, apenado. Era incapaz de dar un argumento convincente en contra de esa posibilidad. Pero de alguna manera, lo veía como algo lejano, algo que no debía suceder. Quizás, su cerebro estaba apagando el interruptor de la probabilidad para evitar hacerle daño. En ese caso, él también debía apagar el interruptor de probabilidades de Ayame.
Se levantó.
—¿Sabes qué? Yo creo que no tiene sentido preocuparse por esas cosas, especialmente si no puedes controlarlas. Porque vas a quedarte así toda la vida —opinó, y se acercó a ella. Le tendió una mano para ayudarla a levantarse, solicitante—. Ven, que te voy a enseñar una cosa.
Pero cuando la muchacha cogiese su mano, traicionaría su confianza y la zarandearía hacia un lado, haciéndola rodar colina abajo.
—¡Escribe cuando llegues!
Entonces, se dejó caer sobre el césped y él también cayó rodando, hasta chocar con la espalda de ella abajo en la base.
—Wheeeeeiiii.
—No es sólo cuestión de lo que me pase a mí —dijo—. Es cuestión de que se repita la historia... de que decidan utilizar el bijuu como un simple arma y vuelva a ocurrir aquella desgracia... No podría sobrellevar algo así, sabiendo que tengo dentro de mí un monstruo capaz de aniquilar una aldea entera de la noche a la mañana.
Daruu bajó la vista del cielo, apenado. Era incapaz de dar un argumento convincente en contra de esa posibilidad. Pero de alguna manera, lo veía como algo lejano, algo que no debía suceder. Quizás, su cerebro estaba apagando el interruptor de la probabilidad para evitar hacerle daño. En ese caso, él también debía apagar el interruptor de probabilidades de Ayame.
Se levantó.
—¿Sabes qué? Yo creo que no tiene sentido preocuparse por esas cosas, especialmente si no puedes controlarlas. Porque vas a quedarte así toda la vida —opinó, y se acercó a ella. Le tendió una mano para ayudarla a levantarse, solicitante—. Ven, que te voy a enseñar una cosa.
Pero cuando la muchacha cogiese su mano, traicionaría su confianza y la zarandearía hacia un lado, haciéndola rodar colina abajo.
—¡Escribe cuando llegues!
Entonces, se dejó caer sobre el césped y él también cayó rodando, hasta chocar con la espalda de ella abajo en la base.
—Wheeeeeiiii.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)