14/08/2017, 20:18
(Última modificación: 14/08/2017, 20:19 por Umikiba Kaido.)
—¿Listo? Bien. Hibagon saltar.
Una única flexión y un único impulso bastó como para que la pesada bestia y su copiloto rompiesen el aire por sobre sus cabezas y ascendiesen a por los cielos, y Kaido creyó por un momento —pasado ya el jodido puente— que seguirían así hasta llegar, posiblemente, a los linderos de la luna.
Por suerte o desgracia, Hibagon calzó en la cima de la cordillera, mucho más arriba de lo pensado. Luego miró abajo.
—Siempre aterrizar aquí porque Hibagon ser bruto y no poder controlarse. Ahora tenemos que bajar.
No había opción a reproche. Un mareado Kaido intentó sujetarse más fuerte, mientras Hibagon volvía a descender en un último salto. Cayó luego al otro extremo del puente partido, y avanzó; hasta superar el túnel e introducirse nuevamente en el iglú.
Cuando el Yeti le atizó en el suelo, Kaido se convirtió en una especie de masa gelatinosa y acuosa. Sus ojos eran dos torbellinos, arremolinados, que incluso le habrían podido identificar como shinobi de Uzushio.
—Dios mío, Kaido... Has traído... Una cantidad industrial...
—Vosotros hacer pizza.
—Verás, Hibagon-san, hay un problema...
—¿Y ahora qué? no me digas que tengo que bajar de nuevo. Caída, acantilado... ¡puagh!
Acto seguido, potó.
—Tú caer bien, pero poder dejAR DE CAER BIEN PRONTO Y PAM PAM PAM EN EL COCO E`
—Por Ame no Kami, hazle la pizza.
Una única flexión y un único impulso bastó como para que la pesada bestia y su copiloto rompiesen el aire por sobre sus cabezas y ascendiesen a por los cielos, y Kaido creyó por un momento —pasado ya el jodido puente— que seguirían así hasta llegar, posiblemente, a los linderos de la luna.
Por suerte o desgracia, Hibagon calzó en la cima de la cordillera, mucho más arriba de lo pensado. Luego miró abajo.
—Siempre aterrizar aquí porque Hibagon ser bruto y no poder controlarse. Ahora tenemos que bajar.
No había opción a reproche. Un mareado Kaido intentó sujetarse más fuerte, mientras Hibagon volvía a descender en un último salto. Cayó luego al otro extremo del puente partido, y avanzó; hasta superar el túnel e introducirse nuevamente en el iglú.
Cuando el Yeti le atizó en el suelo, Kaido se convirtió en una especie de masa gelatinosa y acuosa. Sus ojos eran dos torbellinos, arremolinados, que incluso le habrían podido identificar como shinobi de Uzushio.
—Dios mío, Kaido... Has traído... Una cantidad industrial...
—Vosotros hacer pizza.
—Verás, Hibagon-san, hay un problema...
—¿Y ahora qué? no me digas que tengo que bajar de nuevo. Caída, acantilado... ¡puagh!
Acto seguido, potó.
—Tú caer bien, pero poder dejAR DE CAER BIEN PRONTO Y PAM PAM PAM EN EL COCO E`
—Por Ame no Kami, hazle la pizza.