23/08/2017, 21:50
El detalle del leñador tomándose el vientre llamaba un poco la atención de Mogura. Como persona que solo iba por ahí pasando y coincidió en el camino para escuchar su relato no podía permitirse la molestía de preguntarle si se encontraba bien, pero era también un médico que estaba agradecido con la información brindada por el humilde leñador.
—Manase-san, Eikyu-san, creo que es hora de que me marche. Debo regresar a Nantounoya antes del ocaso, o me perderé la cena.Os deseo suerte en el Torneo. Si sois tan buenos razonadores como luchadores, entonces espero que nos encontremos en la arena de combate.
Después de un rato el Uchiha tomaría la palabra para despedirse, acompañando sus palabras de un formal gesto.
— Si, yo también me marcharé. Muchas gracias, y lo mismo: suerte a todos en el torneo. Espero que nuestros caminos se vuelvan a cruzar.
Juro correspondería la reverencia de Akame y le dedicaría unas palabras a ambos.
Es una pena que hayamos coincidido tres shinobi de diferentes aldeas en un lugar tan pacifico como Hokutoomori y el asunto que nos haya reunido fuese una pelea.
Espero que la próxima vez nuestros caminos se crucen en circunstancias más calmadas.
Buena suerte a ambos, ha sido un placer.
Diría con un tono tranquilo. Se tomaría un momento para realizar una forma reverencia a los dos shinobi. Uchiha Akame, el muchacho que había tenido oportunidad de intercambiar palabras con Amedama Daruu, sin duda alguna había algo especial en ese muchacho tan común. Tanto de él como de Juro solo podía decir que tenían un intelecto bastante competente para gente su edad.
De una forma u otra, sus pasos se dirigirían en la dirección en la que habría marchado el leñador, necesitaba confirmar si su estado de salud era aceptable a su modo de vida. Si el vientre que se estaba tomando era algo normal o padecía algún mal.
—Manase-san, Eikyu-san, creo que es hora de que me marche. Debo regresar a Nantounoya antes del ocaso, o me perderé la cena.Os deseo suerte en el Torneo. Si sois tan buenos razonadores como luchadores, entonces espero que nos encontremos en la arena de combate.
Después de un rato el Uchiha tomaría la palabra para despedirse, acompañando sus palabras de un formal gesto.
— Si, yo también me marcharé. Muchas gracias, y lo mismo: suerte a todos en el torneo. Espero que nuestros caminos se vuelvan a cruzar.
Juro correspondería la reverencia de Akame y le dedicaría unas palabras a ambos.
Es una pena que hayamos coincidido tres shinobi de diferentes aldeas en un lugar tan pacifico como Hokutoomori y el asunto que nos haya reunido fuese una pelea.
Espero que la próxima vez nuestros caminos se crucen en circunstancias más calmadas.
Buena suerte a ambos, ha sido un placer.
Diría con un tono tranquilo. Se tomaría un momento para realizar una forma reverencia a los dos shinobi. Uchiha Akame, el muchacho que había tenido oportunidad de intercambiar palabras con Amedama Daruu, sin duda alguna había algo especial en ese muchacho tan común. Tanto de él como de Juro solo podía decir que tenían un intelecto bastante competente para gente su edad.
De una forma u otra, sus pasos se dirigirían en la dirección en la que habría marchado el leñador, necesitaba confirmar si su estado de salud era aceptable a su modo de vida. Si el vientre que se estaba tomando era algo normal o padecía algún mal.
Hablo - Pienso