30/08/2017, 20:19
—¿¡ACASO NO LO VE!?
La reacción de la enfermera fue apartar ligeramente la mirada al escuchar las palabras y tono de la alterada pelirroja. No le hacía mucha gracia tener que tratar con ninjas dada su reputación y mucho menos con una alterada y claramente enfadada kunoichi.
—Inundaron la habitación, se levantó, y se ha pegado un porrazo que hasta ha perdido la consciencia... ¿QUE MAS NECESITA? ¿QUE TENGA LOS INTESTINOS EN EL SUELO?
La enfermera entonces miró a Mogura, en el estado pobre en el que se encontraba, después la habitación. Sus ojos danzaron nerviosamente entre el piso, el techo y las paredes. Tomaría una de las manos del muchacho para controlar sus signos vitales, con esto también se tomaría su tiempo y si Aiko miraba bien notaría que la mujer intentaba mantener una cuenta mental en la que se perdió varias veces.
¡No puedo creer que aún siga con vida, sus heridas no daban mucha esperanza!
Tomaría entonces desde el interior de su obi un par de tacos de madera oscura, sin dudarlo dos veces los golpeó tres veces. El sonido de estos tacos retumbaría en el interior del pasillo casi tanto como un tambor en medio del campo de batalla.
Esta habitación ya no esta en condiciones de recibir pacientes, hay que moverlo a otra parte del hospital...
Le comentaría con un tono alterado, que por la naturaleza de su voz se escucharía sumamente tranquilo.
Y nuevamente la espera tendría lugar...
La reacción de la enfermera fue apartar ligeramente la mirada al escuchar las palabras y tono de la alterada pelirroja. No le hacía mucha gracia tener que tratar con ninjas dada su reputación y mucho menos con una alterada y claramente enfadada kunoichi.
—Inundaron la habitación, se levantó, y se ha pegado un porrazo que hasta ha perdido la consciencia... ¿QUE MAS NECESITA? ¿QUE TENGA LOS INTESTINOS EN EL SUELO?
La enfermera entonces miró a Mogura, en el estado pobre en el que se encontraba, después la habitación. Sus ojos danzaron nerviosamente entre el piso, el techo y las paredes. Tomaría una de las manos del muchacho para controlar sus signos vitales, con esto también se tomaría su tiempo y si Aiko miraba bien notaría que la mujer intentaba mantener una cuenta mental en la que se perdió varias veces.
¡No puedo creer que aún siga con vida, sus heridas no daban mucha esperanza!
Tomaría entonces desde el interior de su obi un par de tacos de madera oscura, sin dudarlo dos veces los golpeó tres veces. El sonido de estos tacos retumbaría en el interior del pasillo casi tanto como un tambor en medio del campo de batalla.
Esta habitación ya no esta en condiciones de recibir pacientes, hay que moverlo a otra parte del hospital...
Le comentaría con un tono alterado, que por la naturaleza de su voz se escucharía sumamente tranquilo.
Y nuevamente la espera tendría lugar...
Hablo - Pienso