La kunoichi asistió a un espectáculo digno de un circo, donde sin duda la ejecución sería realizada por unos payasos, cien al menos, y todos ellos montados en un mismo coche. ¿Cómo iba a ser eso? Pues es raro, pero científicamente tiene explicación. Al menos, eso dicen en las personas que han llegado a verlo.
Unos cuantos enfermeros aparecieron de la nada, mientras que un doctor caminaba hacia la enfermera, Aiko y Mogura. El doctor, con cara de pocos amigos, ni tan siquiera saludó, como buenamente había hecho la enfermera. La una aseguró que el paciente aún podía vivir, y el doctor no tardó en exponer la duda. La enfermera insistió en que era cierto, y tras unos segundos, el doctor ordenó a los enfermeros que lo llevasen hacia otro lugar.
Los enfermeros tomaron el inconsciente cuerpo de Mogura, y lo auparon hasta una camilla. Tras ello, corrieron como si tuviesen en sus manos un formula 1, y desaparecieron por los pasillos. Entre tanto, el doctor informó a Aiko de que las horas de visita ya habían llegado a su límite, echándola del lugar a simples rasgos.
—De acuerdo... —contestó la kunoichi, sin mas opciones que retirarse. «¿Estará seguro con estos tipos?»
Sin duda, no parecían dar la talla de auténticos médicos... pero ya no tenía nada mas que hacer allí. Sin mas preámbulos, tomó camino hacia los alojamientos.
Unos cuantos enfermeros aparecieron de la nada, mientras que un doctor caminaba hacia la enfermera, Aiko y Mogura. El doctor, con cara de pocos amigos, ni tan siquiera saludó, como buenamente había hecho la enfermera. La una aseguró que el paciente aún podía vivir, y el doctor no tardó en exponer la duda. La enfermera insistió en que era cierto, y tras unos segundos, el doctor ordenó a los enfermeros que lo llevasen hacia otro lugar.
Los enfermeros tomaron el inconsciente cuerpo de Mogura, y lo auparon hasta una camilla. Tras ello, corrieron como si tuviesen en sus manos un formula 1, y desaparecieron por los pasillos. Entre tanto, el doctor informó a Aiko de que las horas de visita ya habían llegado a su límite, echándola del lugar a simples rasgos.
—De acuerdo... —contestó la kunoichi, sin mas opciones que retirarse. «¿Estará seguro con estos tipos?»
Sin duda, no parecían dar la talla de auténticos médicos... pero ya no tenía nada mas que hacer allí. Sin mas preámbulos, tomó camino hacia los alojamientos.
![[Imagen: 2UsPzKd.gif]](http://i.imgur.com/2UsPzKd.gif)