11/09/2017, 03:41
El torneo había finalizado hacía un tiempo para el joven médico, lo habían sacado de la primer ronda con un solo ataque. Estuvo unos días en el hospital hasta que el personal bajo la guardia y pudo darse a la fuga. En su habitación continuaría su recuperación de la mejor forma que él sabría llevarla, estimó que su manera de hacer las cosa le ahorraría unos días de sufrimiento innecesario.
De una forma u otra, llegaría a tiempo para ser testigo de la siguiente ronda, donde la fémina que le derrotaría se debería batir a duelo con un personaje de la aldea al cual había tenido oportunidad de conocer el día que iba a salir hacía el Valle de los Dojos. Ninguno otro que Umikiba Kaido.
Aquel día Mogura intentaría dar con Aiko para ver como se encontraba, no estaba seguro si se encontraba en su habitación dentro del recinto o si estaba en el hospital, pero de una forma u otra iba a tener que dar con ella.
Tenía sus cosas encima, iba vestido con un kimono de seda bastante fino y en su costado colgaba un kasa ya que la galería le cubría de los rayos solares, aun así necesitaba del aire fresco que le lanzaba en el rostro su abanico de papel.
Y fue en ese momento que iba pasando por la galería que hizo contacto visual con el vencedor. Pensó en que hacer durante un par de segundos.
Umikiba-san.
Llamó la atención del hombre azul mientras daba unos pasos para acercarse a él, sintió al instante la diferencia en su cabeza cuando la galería dejó de protegerle y tuvo que llevarse el sombrero a la cabeza, su abanico no paraba de lanzarle aire.
¿Cómo se encuentra?
De una forma u otra, llegaría a tiempo para ser testigo de la siguiente ronda, donde la fémina que le derrotaría se debería batir a duelo con un personaje de la aldea al cual había tenido oportunidad de conocer el día que iba a salir hacía el Valle de los Dojos. Ninguno otro que Umikiba Kaido.
Aquel día Mogura intentaría dar con Aiko para ver como se encontraba, no estaba seguro si se encontraba en su habitación dentro del recinto o si estaba en el hospital, pero de una forma u otra iba a tener que dar con ella.
Tenía sus cosas encima, iba vestido con un kimono de seda bastante fino y en su costado colgaba un kasa ya que la galería le cubría de los rayos solares, aun así necesitaba del aire fresco que le lanzaba en el rostro su abanico de papel.
Y fue en ese momento que iba pasando por la galería que hizo contacto visual con el vencedor. Pensó en que hacer durante un par de segundos.
Umikiba-san.
Llamó la atención del hombre azul mientras daba unos pasos para acercarse a él, sintió al instante la diferencia en su cabeza cuando la galería dejó de protegerle y tuvo que llevarse el sombrero a la cabeza, su abanico no paraba de lanzarle aire.
¿Cómo se encuentra?
Hablo - Pienso