11/09/2017, 10:29
Akame se había ido, ni si quiera le dio opciones a Riko de despedirse, simplemente dejó el dinero por su consumición y se fue del local, como si tuviera mucha prisa. El Senju, por el contrario, se quedó allí por varios minutos, pensativo, mientras esperaba a que la camarera del lugar apareciera, momento en el que le daría el dinero que el Uchiha había dejado en la mesa, junto el que le correspondía a él por sus granizados más un plus por el vaso roto e, inmediatamente, sabía lo que tenía que hacer.
Recorrió el lugar como un fantasma, andando a toda prisa y sin ni si quiera mirar a nadie, estaba completamente enfrascado en lo que tenía que hacer, tenía que hablar con él, tenía que aclarar todo aquello y descubrir si todo lo que había pasado no había sido más que una jugarreta en la que querían dejar en mal lugar a Akame.
En cuanto el peliblanco abandonó las calles de Sendoshi echó a correr, como si no le quedase tiempo y, en cierto modo, así era, tenía que tener la suerte necesaria como para encontrar a Datsue allí donde estuviera y, como era lógico, empezaría por la residencia, quizás estuviera allí.
«¿Dónde narices estaba alojado Datsue?»
El peliblanco comenzó a hacer memoria, repasando cada piso y cada habitación con la cabeza hasta que tuvo claro cual era la habitación del Uchiha. Subió hasta el segundo piso de la residencia, tercera habitación de la izquierda, se paró allí enfrente, tomó una buena bocanada de aire y llamó a la puerta con tres golpecitos con los nudillos.
«Por favor, que esté aquí.»
Recorrió el lugar como un fantasma, andando a toda prisa y sin ni si quiera mirar a nadie, estaba completamente enfrascado en lo que tenía que hacer, tenía que hablar con él, tenía que aclarar todo aquello y descubrir si todo lo que había pasado no había sido más que una jugarreta en la que querían dejar en mal lugar a Akame.
En cuanto el peliblanco abandonó las calles de Sendoshi echó a correr, como si no le quedase tiempo y, en cierto modo, así era, tenía que tener la suerte necesaria como para encontrar a Datsue allí donde estuviera y, como era lógico, empezaría por la residencia, quizás estuviera allí.
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«¿Dónde narices estaba alojado Datsue?»
El peliblanco comenzó a hacer memoria, repasando cada piso y cada habitación con la cabeza hasta que tuvo claro cual era la habitación del Uchiha. Subió hasta el segundo piso de la residencia, tercera habitación de la izquierda, se paró allí enfrente, tomó una buena bocanada de aire y llamó a la puerta con tres golpecitos con los nudillos.
«Por favor, que esté aquí.»
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»