12/09/2017, 17:51
—Pues, ya que lo dices, sí que puedes hacer algo por mí...
Akame dio un paso al frente; Datsue, hacia atrás. Aquel simple gesto representaba mucho mejor su actual situación que cualquier otra cosa que hubiesen podido decir.
—De hecho, hay muchas cosas que podrías hacer por mí. Por ejemplo, explicarme por qué le dijiste a Riko todas esas mentiras...
—¿Eh? B-bueno, yo…
—... por qué mandaste a Hozuki Chokichi-san a espiarme y hacerme una fotografía sin mi consentimiento...
—No, bueno, verás… Eso tiene una explicación muy…
—... o, al menos... —La nueva interrupción de Akame vino acompañada esta vez de un cabezazo. Un tremendo testarazo que el pequeño de los Uchihas encajó, a tiempo, de la mejor de las maneras en esas circunstancias: con la mejilla. De haberle dado en la nariz, ahora mismo la tendría rota.
Datsue se trastabilló y cayó al suelo, con la cara roja e hinchada, y el temor y la ira luchando en una cruenta batalla por ver quién se imponía. Si algo odiaba Uchiha Datsue, eso era que le pegasen en el rostro.
—... contarme qué delirios de grandeza, qué bendita idea, qué putísima justificación construyó esa cabeza tuya para hacerte creer que podías burlarte de la memoria de Haskoz-kun.
Datsue abrió la boca, anonadado, mientras se llevaba una mano a la mejilla.
—Burlarme yo de… ¡Akame, por los Dioses, estás sacando las cosas de contexto! No sé en qué estarás pensando en estos momentos… ¡pero no es cierto! —Por el camino, Koko se había colado en la habitación y había secuestrado a Chokichi, y Riko pretendía lavarse las manos y escapar más rápido que un Kusareño en una misión. Un auténtico caos—. ¡Riko, ¿a dónde vas?! ¡¿Qué demonios le has contado a Akame para que piense esto de mí?! —exigió saber, mientras echaba un rápido vistazo a la ventana.
Si Akame se distraía lo suficiente…
… «¿Qué mosca me picó para abrirle la puerta? ¡Tenía que haber escapado por la ventana desde el principio!»
Akame dio un paso al frente; Datsue, hacia atrás. Aquel simple gesto representaba mucho mejor su actual situación que cualquier otra cosa que hubiesen podido decir.
—De hecho, hay muchas cosas que podrías hacer por mí. Por ejemplo, explicarme por qué le dijiste a Riko todas esas mentiras...
—¿Eh? B-bueno, yo…
—... por qué mandaste a Hozuki Chokichi-san a espiarme y hacerme una fotografía sin mi consentimiento...
—No, bueno, verás… Eso tiene una explicación muy…
—... o, al menos... —La nueva interrupción de Akame vino acompañada esta vez de un cabezazo. Un tremendo testarazo que el pequeño de los Uchihas encajó, a tiempo, de la mejor de las maneras en esas circunstancias: con la mejilla. De haberle dado en la nariz, ahora mismo la tendría rota.
Datsue se trastabilló y cayó al suelo, con la cara roja e hinchada, y el temor y la ira luchando en una cruenta batalla por ver quién se imponía. Si algo odiaba Uchiha Datsue, eso era que le pegasen en el rostro.
—... contarme qué delirios de grandeza, qué bendita idea, qué putísima justificación construyó esa cabeza tuya para hacerte creer que podías burlarte de la memoria de Haskoz-kun.
Datsue abrió la boca, anonadado, mientras se llevaba una mano a la mejilla.
—Burlarme yo de… ¡Akame, por los Dioses, estás sacando las cosas de contexto! No sé en qué estarás pensando en estos momentos… ¡pero no es cierto! —Por el camino, Koko se había colado en la habitación y había secuestrado a Chokichi, y Riko pretendía lavarse las manos y escapar más rápido que un Kusareño en una misión. Un auténtico caos—. ¡Riko, ¿a dónde vas?! ¡¿Qué demonios le has contado a Akame para que piense esto de mí?! —exigió saber, mientras echaba un rápido vistazo a la ventana.
Si Akame se distraía lo suficiente…
… «¿Qué mosca me picó para abrirle la puerta? ¡Tenía que haber escapado por la ventana desde el principio!»
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado