20/09/2017, 17:22
La chica esperaba que el peliblanco huyese con el ganado, no literalmente, en pos de poner a salvo a toda esa gente. Sin embargo, éste se paró al igual que la chica había hecho, y encaró a los maleantes. Al parecer, según sus propias palabras, la técnica no duraría demasiado, y no pensaba dejarla sola en contra de tres. A su parecer, sería injusto. Pero de igual modo, el resto tenía que huir. Sin demora, el chico alertó a los fugitivos para que corriesen dirección a la ciudad, avisando de que ellos le darían tiempo suficiente para que escapasen.
«Joder... hubiese sido mas fácil que él los llevase...»
Sus ojos cambiaron de blanco, dejó de lado al chico peliblanco, para encarar al grandullón. Éste no pareció conforme con lo dicho por Riko, y pasando de los que le hacían frente, tramó saltar por encima de éstos en pos de capturar de nuevo a los inocentes. Sin embargo, eso no había sido la mejor idea que podría haber tenido, en absoluto lo había sido.
—¡...y una mierda! —bramó la chica, alzando las manos hacia el hombre.
Un centenar de hojas de papel se liberaron entonces desde las muñecas de la chica, atrapando en el mismo salto al hombre, y envolviéndolo rápidamente como a un kebab. El amasijo de papeles quedaría en el mismo aire, preso de una corriente de papeles que no se detendría con facilidad, y que dejarían al grandullón totalmente fuera de juego.
—¡No volveré a repetirlo de nuevo! ¡Lo hacemos por las buenas, o acabáis en un puto hospital! —amenazó, y volvió la mirada hacia los otros dos, dando por aclarado que también se dirigía a ellos.
«Joder... hubiese sido mas fácil que él los llevase...»
Sus ojos cambiaron de blanco, dejó de lado al chico peliblanco, para encarar al grandullón. Éste no pareció conforme con lo dicho por Riko, y pasando de los que le hacían frente, tramó saltar por encima de éstos en pos de capturar de nuevo a los inocentes. Sin embargo, eso no había sido la mejor idea que podría haber tenido, en absoluto lo había sido.
—¡...y una mierda! —bramó la chica, alzando las manos hacia el hombre.
Un centenar de hojas de papel se liberaron entonces desde las muñecas de la chica, atrapando en el mismo salto al hombre, y envolviéndolo rápidamente como a un kebab. El amasijo de papeles quedaría en el mismo aire, preso de una corriente de papeles que no se detendría con facilidad, y que dejarían al grandullón totalmente fuera de juego.
—¡No volveré a repetirlo de nuevo! ¡Lo hacemos por las buenas, o acabáis en un puto hospital! —amenazó, y volvió la mirada hacia los otros dos, dando por aclarado que también se dirigía a ellos.
![[Imagen: 2UsPzKd.gif]](http://i.imgur.com/2UsPzKd.gif)