24/09/2017, 00:35
Sin embargo, la chica no terminó de soltar el termo en manos del tipo azulado —que estaba a-su-lado— para cuando los papeles que conformaban su cuerpo, o la mayoría de éste, comenzaron a volar tenidos al viento. Como mecidos en una suave serenata de aire, las hojas de papel nadaron cual sirenas por un volcán. Su destino ya estaba algo mas claro, ahora mismo lo que menos quería era encontrarse con "conocidos".
—Saionara, baby. —destiló la chica a medio desaparecer. —¡Volveré!
Y con una despedida tan épica, la chica desapareció por completo. Si señor, toda una damisela que sabía como llamar la atención del público. Se notaba que no era una de esas kunoichis de relleno...
—Saionara, baby. —destiló la chica a medio desaparecer. —¡Volveré!
Y con una despedida tan épica, la chica desapareció por completo. Si señor, toda una damisela que sabía como llamar la atención del público. Se notaba que no era una de esas kunoichis de relleno...