24/09/2017, 13:33
Aquel intercambio de agua fue incluso más significativo que el combate que ambos habían tenido. Mogura observa casi complacido el cómo Kaido confirmaba la veracidad de sus argumentos, de que Aiko estaba tan viva que incluso el agua yacida en su termo fue acabándose conforme los tragos. No, no era un genjutsu; ni mucho menos un henge. Mogura no estaba engañándole, ni Aiko tampoco.
Entonces volvió a quedar atónito. Cogió su termo de nuevo por puro reflejo, y después; tras su silencio, un acto de despedida épico y triunfal. Aquellos papeles volaron de nuevo de su cuerpo, y como si se tratase del cierre a un evento espectacular de un circo de oonindo, la mujer se despidió.
Un volveré quedó en el aire, y Kaido no pudo evitar sonreír como lo hacía siempre. Pero sonrió sólo por un segundo, para luego voltear a ver a Mogura.
—Bien, ya estoy convencido. Ahora dime: ¿cómo? ¿Un jutsu prohibido, un pacto con algún Dios pagano?
Entonces volvió a quedar atónito. Cogió su termo de nuevo por puro reflejo, y después; tras su silencio, un acto de despedida épico y triunfal. Aquellos papeles volaron de nuevo de su cuerpo, y como si se tratase del cierre a un evento espectacular de un circo de oonindo, la mujer se despidió.
Un volveré quedó en el aire, y Kaido no pudo evitar sonreír como lo hacía siempre. Pero sonrió sólo por un segundo, para luego voltear a ver a Mogura.
—Bien, ya estoy convencido. Ahora dime: ¿cómo? ¿Un jutsu prohibido, un pacto con algún Dios pagano?