25/09/2017, 15:16
El azulado muchacho no podría evitar quedar anonadado por la presencia de la hermosa kunoichi inmortal. Demoró un poco en volver a tomar su termo pero cuando este lo hizo, la fémina se iría volando haciendo gala de sus habilidades con las técnicas de papeles. El joven médico se mantuvo a un lado de la escena con la expresión seria que lo caracterizaba.
Kaido, por su parte no pudo evitar dibujar una sonrisa en su rostro. Pero esa sonrisa se borraría cuando buscaría con la mirada al muchacho de cabello azabache.
—Bien, ya estoy convencido. Ahora dime: ¿cómo? ¿Un jutsu prohibido, un pacto con algún Dios pagano?
El encuentro con Aiko había sido prueba suficiente para convencerlo, pero ahora quería saber cómo hacía la muchacha para volver de la muerte. Mogura no pudo evitar encogerse ligeramente de hombros para luego volver a abanicarse.
Hasta donde tengo conocimiento, podría ser por una técnica prohibida o por los poderes de un Dios.
Uno podría preguntarse también: ¿Por qué Watasashi Aiko? ¿Qué ha hecho esa muchacha para tener esa maldición?
Mogura no había elegido referirse al poder de Aiko como bendición ni como habilidad ni nada, maldición fue la palabra a la que echó mano. Quizás no coincidiría en pensamiento con el chico azul, pero tenía sus razones para pensar de esa manera.
Kaido, por su parte no pudo evitar dibujar una sonrisa en su rostro. Pero esa sonrisa se borraría cuando buscaría con la mirada al muchacho de cabello azabache.
—Bien, ya estoy convencido. Ahora dime: ¿cómo? ¿Un jutsu prohibido, un pacto con algún Dios pagano?
El encuentro con Aiko había sido prueba suficiente para convencerlo, pero ahora quería saber cómo hacía la muchacha para volver de la muerte. Mogura no pudo evitar encogerse ligeramente de hombros para luego volver a abanicarse.
Hasta donde tengo conocimiento, podría ser por una técnica prohibida o por los poderes de un Dios.
Uno podría preguntarse también: ¿Por qué Watasashi Aiko? ¿Qué ha hecho esa muchacha para tener esa maldición?
Mogura no había elegido referirse al poder de Aiko como bendición ni como habilidad ni nada, maldición fue la palabra a la que echó mano. Quizás no coincidiría en pensamiento con el chico azul, pero tenía sus razones para pensar de esa manera.
Hablo - Pienso