1/10/2017, 17:40
Koko abandonó todas sus intenciones de hablar del tema en cuanto llegó la comida. El Uchiha admiró, sorprendido, la voracidad y velocidad de su pareja a la hora de devorar el ramen; verla disfrutar de aquella manera le convenció de que todo el asunto de Datsue era algo que podía esperar. No quería arruinar el ambiente y la buena conexión que parecía haberse formado entre ellos.
Los muchachos comieron y bebieron hasta estar a gusto, hablando de todas las banalidades posibles para evadirse, aunque fuese por un rato, de sus exigentes vidas.
Luego Akame le ofreció a la Kageyama dar un paseo por los verdes senderos del Valle para admirar el paisaje y —quizás— encontrar algún rinconcito solitario y lo bastante escondido como para... Retozar un poco. Así son los jóvenes, al fin y al cabo.
No volverían a Nantōnoya hasta la noche, cogidos de la mano por el camino de tierra batida mientras se detenían a cada rato para admirar las estrellas en el cielo oscuro. Cuando Akame se fue a dormir aquella noche —esta vez sí, solo—, sintió que tenía el corazón tan lleno del cariño de Koko que se le iba a salir del pecho.
«Así que esto es el amor», pensó lleno de felicidad antes de cerrar los ojos y entrar en el mundo de los sueños.
Cuánto le quedaba por aprender...
Los muchachos comieron y bebieron hasta estar a gusto, hablando de todas las banalidades posibles para evadirse, aunque fuese por un rato, de sus exigentes vidas.
Luego Akame le ofreció a la Kageyama dar un paseo por los verdes senderos del Valle para admirar el paisaje y —quizás— encontrar algún rinconcito solitario y lo bastante escondido como para... Retozar un poco. Así son los jóvenes, al fin y al cabo.
No volverían a Nantōnoya hasta la noche, cogidos de la mano por el camino de tierra batida mientras se detenían a cada rato para admirar las estrellas en el cielo oscuro. Cuando Akame se fue a dormir aquella noche —esta vez sí, solo—, sintió que tenía el corazón tan lleno del cariño de Koko que se le iba a salir del pecho.
«Así que esto es el amor», pensó lleno de felicidad antes de cerrar los ojos y entrar en el mundo de los sueños.
Cuánto le quedaba por aprender...