14/10/2017, 13:35
—Sí, es cierto, no estoy precisamente cerca de casa... —afirmó ella, y Eri sonrió de forma amable—. Lo cierto es que mi hermano tenía cosas que hacer aquí y... decidí acompañarle. Y, mientras él está ocupado había pensado ir a ver el concurso ese de música que está anunciado por todas partes. ¡Parece interesante! ¿Qué hay de ti?
—Hala, que guay, tienes un hermano —alegó la joven pensando seguramente en el rostro de una Ayame masculina —. Pues yo también vine por el concurso de música que anuncian por todas partes... —repitió ella—. Es más, vine... Bueno, para apuntarme.
De su espalda sacó una pequeña flauta de madera oscura, con detalles rosas en algunas partes que simulaban algunos pétalos de cerezo.
—Pero... He visto que necesito una voz... Así que... —suspiró, resignada—. Tendré que desistir por este año...
—Hala, que guay, tienes un hermano —alegó la joven pensando seguramente en el rostro de una Ayame masculina —. Pues yo también vine por el concurso de música que anuncian por todas partes... —repitió ella—. Es más, vine... Bueno, para apuntarme.
De su espalda sacó una pequeña flauta de madera oscura, con detalles rosas en algunas partes que simulaban algunos pétalos de cerezo.
—Pero... He visto que necesito una voz... Así que... —suspiró, resignada—. Tendré que desistir por este año...