21/12/2017, 19:12
—Luego, magia —replicó Ayame, con un tono juguetón que, por la experiencia que Daruu había tenido con su madre a lo largo de su vida, significaba que estaba haciendo el tonto.
—Ayaaaame, por favor, un poco de serie...
Pero la muchacha le enmudeción. Tras la formulación de unos sellos manuales, hizo chocar las palmas de sus manos y liberó un sonido que, luchando por escapar de la habitación, reverberó, chocando furioso. Una a una, diversas formas sin nombre surgieron del subsuelo, como... por arte de magia. Daruu sonrió. Todos los clones empuñaban un kunai en la mano.
—Con otra técnica podría haber creado algo aún más impresionante, pero... aún no he terminado de dominarla...
Daruu activó su Byakugan, y con ello, venció a la técnica de Ayame. Eran chakra, no. No eran ni chakra. Era más correcto decir que era un área siendo afectada por una masa de chakra muy dispersa. «Un Genjutsu ambiental», dedujo Daruu, quien agradeció a Zetsuo la corta educación en técnicas ilusorias.
—¿Bromeas? ¡Está guapísima! —elogió el muchacho, no obstante—. ¡Y nos viene genial! Ilusionismo. Yo también haré ilusionismo.
El Hyūga esperó a que los kunai estuvieran cerca de su posición, y emitió una ráfaga de chakra en todas direcciones, con los brazos extendidos. Evidentemente, los kunai falsos pasaron a través de su cuerpo y no se repelieron, pero, con todos los efectos, parecía que sí lo habían hecho.
Los kunai atravesaron a otros clones, que se dividieron por la mitad. Daruu alzó una ceja.
—Curioso —informó—. Por cierto, Ayame... Quiero que sepas que —dijo, y señaló justo en la dirección en la que se encontraba la verdadera, siguiéndola con el dedo—. Mi Byakugan puede ver a través de estos clones. Eso es una ventaja. Les engañaremos, haremos que parezca que estoy confundido, y después de unos segundos...
»¡Kai!
Daruu formuló el sello del Carnero. Las sombras se desvanecieron tras un breve brillo azulado. Y Ayame quedó al descubierto. Daruu aprovechó que ya conocía su posición para avanzar hacia ella a toda velocidad. En el último momento, derrapó por el suelo para darle una zancadilla.
—Ayaaaame, por favor, un poco de serie...
Pero la muchacha le enmudeción. Tras la formulación de unos sellos manuales, hizo chocar las palmas de sus manos y liberó un sonido que, luchando por escapar de la habitación, reverberó, chocando furioso. Una a una, diversas formas sin nombre surgieron del subsuelo, como... por arte de magia. Daruu sonrió. Todos los clones empuñaban un kunai en la mano.
—Con otra técnica podría haber creado algo aún más impresionante, pero... aún no he terminado de dominarla...
Daruu activó su Byakugan, y con ello, venció a la técnica de Ayame. Eran chakra, no. No eran ni chakra. Era más correcto decir que era un área siendo afectada por una masa de chakra muy dispersa. «Un Genjutsu ambiental», dedujo Daruu, quien agradeció a Zetsuo la corta educación en técnicas ilusorias.
—¿Bromeas? ¡Está guapísima! —elogió el muchacho, no obstante—. ¡Y nos viene genial! Ilusionismo. Yo también haré ilusionismo.
El Hyūga esperó a que los kunai estuvieran cerca de su posición, y emitió una ráfaga de chakra en todas direcciones, con los brazos extendidos. Evidentemente, los kunai falsos pasaron a través de su cuerpo y no se repelieron, pero, con todos los efectos, parecía que sí lo habían hecho.
Los kunai atravesaron a otros clones, que se dividieron por la mitad. Daruu alzó una ceja.
—Curioso —informó—. Por cierto, Ayame... Quiero que sepas que —dijo, y señaló justo en la dirección en la que se encontraba la verdadera, siguiéndola con el dedo—. Mi Byakugan puede ver a través de estos clones. Eso es una ventaja. Les engañaremos, haremos que parezca que estoy confundido, y después de unos segundos...
»¡Kai!
Daruu formuló el sello del Carnero. Las sombras se desvanecieron tras un breve brillo azulado. Y Ayame quedó al descubierto. Daruu aprovechó que ya conocía su posición para avanzar hacia ella a toda velocidad. En el último momento, derrapó por el suelo para darle una zancadilla.