27/01/2018, 15:59
— ¡Jin! ¡Para! ¡Esto no es lo que piensas! ¡Dejame explicarte!¡Yo no estoy intentando asesinarte! ¡Es la casa! ¡La casa está controlando a esa marioneta! ¡Yo ni si quiera puedo usar el chakra!
Estaba claro que no iba a pararme, no podía. No cuando su muñeca asesina había tratado de acabar con mi vida. Tal vez tenía que haber dejado que me matara, tal vez tenía que haberlos dejado aquí encerrados a todos, era lo que se merecía. Pero yo tenía una misión, yo tenía un nuevo propósito, por eso no iba a pararme. Sin embargo, Juro resulto ser más rápido que yo.
—¡Mientes! —Sus palabras no eran ciertas, eso no iba a convencerme. — Mientras vosotros me dejabais tirado, fue la casa quien me salvo, y no una, sino dos veces ¿Por qué iba a salvarme dos veces para luego matarme? ¿A quién pretendes engañar?
Sus palabras no iban a alcanzarme si intentaba acusar del asesinato a mi salvador. ¿Cómo podía creer esas palabras? No podía. ¿Cómo iba a confiar en alguien que me estaba mintiendo? No podía. Es verdad, yo les había mentido a todos ellos desde el principio, pero no necesitaba que confiaran en mí, no quería que confiaran en mí. Y yo ya no quería confiar en ninguno de ellos.
— Cuando desperté estaba amordazado y esa marioneta me ayudó a salir. Ni si quiera se porque te esta atacando. Por favor. No desconfíes de mi. Tú mismo lo dijiste. Si no estamos juntos, nunca saldremos. Dejame ayudarte. No soy muy fuerte, pero entre los dos podemos contener a la marioneta.
—Desde el momento en que acusaste a mi salvador he dejado de creer en ti. —Ni pensaba hacerlo, la desconfianza era lo que me había mantenido con vida en aquel lugar hasta el momento. —Apártate y déjame en paz, Juro. —No era lo suficientemente bueno como para intimidarlo con aquellas palabras, pero use un tono autoritario de todas formas. —Yo tampoco soy muy fuerte, pero si no te apartas de mi camino, te apartare yo.
Solo tenía un objetivo en mente, volver a encontrar maíz. Si no lo hacía, moriría igualmente, ya fuera a manos de juro, o simplemente por el hambre y el mono. Tenía que haber más en la casa. Lo había probado dos veces, y las dos veces había estado bueno. No había motivo para pensar que no habría más maíz en la casa o que ese maíz estuviera malo.
Estaba claro que no iba a pararme, no podía. No cuando su muñeca asesina había tratado de acabar con mi vida. Tal vez tenía que haber dejado que me matara, tal vez tenía que haberlos dejado aquí encerrados a todos, era lo que se merecía. Pero yo tenía una misión, yo tenía un nuevo propósito, por eso no iba a pararme. Sin embargo, Juro resulto ser más rápido que yo.
—¡Mientes! —Sus palabras no eran ciertas, eso no iba a convencerme. — Mientras vosotros me dejabais tirado, fue la casa quien me salvo, y no una, sino dos veces ¿Por qué iba a salvarme dos veces para luego matarme? ¿A quién pretendes engañar?
Sus palabras no iban a alcanzarme si intentaba acusar del asesinato a mi salvador. ¿Cómo podía creer esas palabras? No podía. ¿Cómo iba a confiar en alguien que me estaba mintiendo? No podía. Es verdad, yo les había mentido a todos ellos desde el principio, pero no necesitaba que confiaran en mí, no quería que confiaran en mí. Y yo ya no quería confiar en ninguno de ellos.
— Cuando desperté estaba amordazado y esa marioneta me ayudó a salir. Ni si quiera se porque te esta atacando. Por favor. No desconfíes de mi. Tú mismo lo dijiste. Si no estamos juntos, nunca saldremos. Dejame ayudarte. No soy muy fuerte, pero entre los dos podemos contener a la marioneta.
—Desde el momento en que acusaste a mi salvador he dejado de creer en ti. —Ni pensaba hacerlo, la desconfianza era lo que me había mantenido con vida en aquel lugar hasta el momento. —Apártate y déjame en paz, Juro. —No era lo suficientemente bueno como para intimidarlo con aquellas palabras, pero use un tono autoritario de todas formas. —Yo tampoco soy muy fuerte, pero si no te apartas de mi camino, te apartare yo.
Solo tenía un objetivo en mente, volver a encontrar maíz. Si no lo hacía, moriría igualmente, ya fuera a manos de juro, o simplemente por el hambre y el mono. Tenía que haber más en la casa. Lo había probado dos veces, y las dos veces había estado bueno. No había motivo para pensar que no habría más maíz en la casa o que ese maíz estuviera malo.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)