1/02/2018, 21:47
(Última modificación: 1/02/2018, 21:48 por Sasaki Reiji.)
— Esta bien. Si después de decirte todo esto tu opinión no ha cambiado ni un poco, me apartaré. No voy a pelear contigo, Jin. Por mucho que parece que te esfuerzas en creerlo, no soy tu enemigo ni tu asesino. Pero antes, por favor, déjame intentarlo una última vez. Solo quiero hablar contigo, nada más. Dame un minuto más, y luego, haz lo que quieras.
No era mi asesino, pero solo por los pelos. Si hubiera confiado en él, su marioneta me habría atravesado el corazón con aquella. Asi que eso de que no era mi enemigo, era relativo al punto de vista. Desde luego no pensaba considerar un aliado a alguien que había querido asesinarme. Pero estaba claro que no se movería hasta que lo escuchara y no me apetecía pelear en mi estado, si al final se apartaba, me daba igual.
—Te escucho.
— Te pido solo que respires y pienses con claridad. Te vas. ¿Qué pasa luego? Olvida las piezas y que nos necesitamos. Estamos atrapados porque una banda de asesinados esta fuera de la mansión. ¿Crees que uno solo de nosotros puede sortearlos?
Ni uno, ni los cuatro. Habíamos entrado en esta casa para escondernos de ellos, pues parecía el único lugar seguro, y ahora había prisa por salir. ¿Salir a qué?¿ A morir? Ninguno de ellos había estado dispuesto a luchar antes ¿Por qué lo iban a estar ahora? ¿Por qué ahora Juro tenía armas para matar? Ese argumento no me servía de absolutamente nada.
— Ayame-san y Riko-san no parecen malas personas. Aunque no los conozca. No te pido que confíes en nosotros. Solo que permanezcamos todos juntos hasta conseguir salir vivos de aquí.
—¿Para qué?¿Para qué me volváis a abandonar cuando necesite ayuda? Ayame, esa a la que no consideras mala persona fue la primera en salir corriendo hacia la luz, luego todos la seguisteis, y me dejasteis allí, tirado, solo. ¿Para que quieres que permanezca con vosotros? ¿Para que te sea mas sencillo clavarme el cuchillo cuando te dé la espalda? O ¿vas a usarme para salir de aquí y luego me vas a matar o a dejar tirado de nuevo?— No, no iba a dejarle contestar a las preguntas, yo no había terminado. —Tus palabras están tan huecas como tu marioneta, vuestros actos ya han hablado lo suficiente por vosotros.
Me iba a marchar de allí en ese instante, pero de pronto, volvió. No la marioneta asesina de Juro, no Ayame o Riko. Tampoco los ojos violetas ni la voz de la casa. Lo que volvió fue el mono. Aquella maldita ansia que sentía por consumir maíz. Mi mente volvió a nublarse mientras mis tripas me exigían con violencia que les diera su comida.
Apoyé mi mano izquierda sobre la pared del pasillo, y puse la derecha en mi barriga, apretándola con fuerza. No servía de nada, pero por algún motivo era como una panacea. No aliviaba el hambre, ni calmaba mi ansia, pero era como decirles a mis tripas que se calmaran un momento, que enseguida encontraría el maíz. Aunque eso no era del todo cierto.
Caminé. Juro se había apartado, sin embargo, la cosa no iba a terminar como esperaba, por que, al parecer, alguien termino de subir las escaleras. Ayame, riko y… otro yo. ¡Genial! Como si no tuviera suficiente con todo el tema del maíz como para tener que tratar ahora con aquello. Sin fuerzas, sin ganas, sin voluntad y muy cansado de todo, todavía sucio y humedo. ¿Y ahora tenia que pararme a convencerlos de que yo era el autentico?
No, no me quedaban ganas para luchas. Yo solo quería comer maíz y si hacía falta iría a rastras a la cocina, o al comedor, o al sótano a buscarlo. Sin mi no iban a salir, pero si a ellos yo no les importaba, ellos a mi me importaban aun menos. Ademas, ya me habían encontrado un sustituto.
—No voy a tratar de convenceros de nada, yo soy el falso Jin —Dije moviéndome en dirección a las escaleras, tan rápido como mis fuerzas me permitieran y con una mano aun apoyada en la pared y la otra sobre el estómago. Con la cabeza agachada y el pelo, aun húmedo, cayéndome sobre la cara. —Dejadme en paz, por favor, solo dejadme en paz de una vez.
Yo solo quería ir a buscar mi maíz.
No era mi asesino, pero solo por los pelos. Si hubiera confiado en él, su marioneta me habría atravesado el corazón con aquella. Asi que eso de que no era mi enemigo, era relativo al punto de vista. Desde luego no pensaba considerar un aliado a alguien que había querido asesinarme. Pero estaba claro que no se movería hasta que lo escuchara y no me apetecía pelear en mi estado, si al final se apartaba, me daba igual.
—Te escucho.
— Te pido solo que respires y pienses con claridad. Te vas. ¿Qué pasa luego? Olvida las piezas y que nos necesitamos. Estamos atrapados porque una banda de asesinados esta fuera de la mansión. ¿Crees que uno solo de nosotros puede sortearlos?
Ni uno, ni los cuatro. Habíamos entrado en esta casa para escondernos de ellos, pues parecía el único lugar seguro, y ahora había prisa por salir. ¿Salir a qué?¿ A morir? Ninguno de ellos había estado dispuesto a luchar antes ¿Por qué lo iban a estar ahora? ¿Por qué ahora Juro tenía armas para matar? Ese argumento no me servía de absolutamente nada.
— Ayame-san y Riko-san no parecen malas personas. Aunque no los conozca. No te pido que confíes en nosotros. Solo que permanezcamos todos juntos hasta conseguir salir vivos de aquí.
—¿Para qué?¿Para qué me volváis a abandonar cuando necesite ayuda? Ayame, esa a la que no consideras mala persona fue la primera en salir corriendo hacia la luz, luego todos la seguisteis, y me dejasteis allí, tirado, solo. ¿Para que quieres que permanezca con vosotros? ¿Para que te sea mas sencillo clavarme el cuchillo cuando te dé la espalda? O ¿vas a usarme para salir de aquí y luego me vas a matar o a dejar tirado de nuevo?— No, no iba a dejarle contestar a las preguntas, yo no había terminado. —Tus palabras están tan huecas como tu marioneta, vuestros actos ya han hablado lo suficiente por vosotros.
Me iba a marchar de allí en ese instante, pero de pronto, volvió. No la marioneta asesina de Juro, no Ayame o Riko. Tampoco los ojos violetas ni la voz de la casa. Lo que volvió fue el mono. Aquella maldita ansia que sentía por consumir maíz. Mi mente volvió a nublarse mientras mis tripas me exigían con violencia que les diera su comida.
Apoyé mi mano izquierda sobre la pared del pasillo, y puse la derecha en mi barriga, apretándola con fuerza. No servía de nada, pero por algún motivo era como una panacea. No aliviaba el hambre, ni calmaba mi ansia, pero era como decirles a mis tripas que se calmaran un momento, que enseguida encontraría el maíz. Aunque eso no era del todo cierto.
Caminé. Juro se había apartado, sin embargo, la cosa no iba a terminar como esperaba, por que, al parecer, alguien termino de subir las escaleras. Ayame, riko y… otro yo. ¡Genial! Como si no tuviera suficiente con todo el tema del maíz como para tener que tratar ahora con aquello. Sin fuerzas, sin ganas, sin voluntad y muy cansado de todo, todavía sucio y humedo. ¿Y ahora tenia que pararme a convencerlos de que yo era el autentico?
No, no me quedaban ganas para luchas. Yo solo quería comer maíz y si hacía falta iría a rastras a la cocina, o al comedor, o al sótano a buscarlo. Sin mi no iban a salir, pero si a ellos yo no les importaba, ellos a mi me importaban aun menos. Ademas, ya me habían encontrado un sustituto.
—No voy a tratar de convenceros de nada, yo soy el falso Jin —Dije moviéndome en dirección a las escaleras, tan rápido como mis fuerzas me permitieran y con una mano aun apoyada en la pared y la otra sobre el estómago. Con la cabeza agachada y el pelo, aun húmedo, cayéndome sobre la cara. —Dejadme en paz, por favor, solo dejadme en paz de una vez.
Yo solo quería ir a buscar mi maíz.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)