25/08/2015, 19:28
El sueño le atraía con fuerza a su almohada, pero los débiles rayos del sol que se colaban por su ventana le exigían levantarse y darle la cara al nuevo día. Por un momento considero hacer caso omiso a esto y seguir durmiendo, pero entonces recordó que precisamente ese día tenía algo muy importante que hacer.
Seguramente Naomi también lo hubiese recordado, y quizás por eso levanto las cortinas de su habitación tan temprano.
—Kazuma-sama, se le va a hacer tarde si sigue durmiendo. Recuerde que hoy tiene que reunirse con el que será su nuevo equipo, además que llegar tarde nunca es una buena primera impresión —Aseguro mientras daba vueltas por la habitación con unas cuantas sabanas en mano.
El joven peliblanco se dio un buen baño con agua fría para despertarse, luego procedió vestirse con sus habituales ropas tradicionales para terminar desayunando. Con esto concluido se fue a su habitación para prepararse.
Alisto todas sus armas, aunque bien sabia que podría no usarlas, era importante llevarlas en caso de que el jōnin asignado decidiera pasar lista a sus nuevos pupilos. El ir sin estar preparado era algo de verdad preocupante.
Una vez que se sintió preparado, se despidió y salió camino a la academia. Llegar no le tomo mucho tiempo, pero aun así si le había hecho un poco tarde. Quizás si no se hubiera detenido a limpiar su espada y a conversar con ella un poco hubiese llegado a tiempo.
Cruzo por la resección, donde la encargada comprobó sus datos y luego procedió a indicarle que fuera hacia el patio de entrenamientos.
Así lo hizo.
Mientras caminaba hacia el sitio designado sentía como un pequeño nudo se le hacía en el estomago. Hasta ese momento no había considerado el hecho de que sus compañeros pudieran ser de esos bravucones con los cuales ya había tenido peleas antes.
Eso sería un desastre, Después de todo el no soportaba a los bravucones, y estos malhechores le detestaban por igual. Sin embargo aquel miedo se disipo en cuanto abrió la puerta del patio y encontró a dos personas conocidas esperando.
Uno era un chico llamado Nabi, no sabía mucho de él, pero jamás había escuchado nada malo tampoco. El otro era Juro un chico de aspecto tranquilo que siempre cargaba consigo un látigo.
Aquellos dos personajes resultaban ser gente muy interesante, puesto que durante la graduación escucho sus nombres en la lista de genins destacados en habilidades propias. Solo restaba esperar que se llevara bien con ellos.
El ojos grises se acerco a ambos.
—Buenas, soy Ishimura Kazuma y creo que desde hoy seremos compañeros. —Dijo de forma un poco nerviosa mientras que con su mano hacia un gesto para saludarlos a ambos.
Seguramente Naomi también lo hubiese recordado, y quizás por eso levanto las cortinas de su habitación tan temprano.
—Kazuma-sama, se le va a hacer tarde si sigue durmiendo. Recuerde que hoy tiene que reunirse con el que será su nuevo equipo, además que llegar tarde nunca es una buena primera impresión —Aseguro mientras daba vueltas por la habitación con unas cuantas sabanas en mano.
El joven peliblanco se dio un buen baño con agua fría para despertarse, luego procedió vestirse con sus habituales ropas tradicionales para terminar desayunando. Con esto concluido se fue a su habitación para prepararse.
Alisto todas sus armas, aunque bien sabia que podría no usarlas, era importante llevarlas en caso de que el jōnin asignado decidiera pasar lista a sus nuevos pupilos. El ir sin estar preparado era algo de verdad preocupante.
Una vez que se sintió preparado, se despidió y salió camino a la academia. Llegar no le tomo mucho tiempo, pero aun así si le había hecho un poco tarde. Quizás si no se hubiera detenido a limpiar su espada y a conversar con ella un poco hubiese llegado a tiempo.
Cruzo por la resección, donde la encargada comprobó sus datos y luego procedió a indicarle que fuera hacia el patio de entrenamientos.
Así lo hizo.
Mientras caminaba hacia el sitio designado sentía como un pequeño nudo se le hacía en el estomago. Hasta ese momento no había considerado el hecho de que sus compañeros pudieran ser de esos bravucones con los cuales ya había tenido peleas antes.
Eso sería un desastre, Después de todo el no soportaba a los bravucones, y estos malhechores le detestaban por igual. Sin embargo aquel miedo se disipo en cuanto abrió la puerta del patio y encontró a dos personas conocidas esperando.
Uno era un chico llamado Nabi, no sabía mucho de él, pero jamás había escuchado nada malo tampoco. El otro era Juro un chico de aspecto tranquilo que siempre cargaba consigo un látigo.
Aquellos dos personajes resultaban ser gente muy interesante, puesto que durante la graduación escucho sus nombres en la lista de genins destacados en habilidades propias. Solo restaba esperar que se llevara bien con ellos.
El ojos grises se acerco a ambos.
—Buenas, soy Ishimura Kazuma y creo que desde hoy seremos compañeros. —Dijo de forma un poco nerviosa mientras que con su mano hacia un gesto para saludarlos a ambos.