17/05/2018, 18:56
(Última modificación: 17/05/2018, 18:57 por Aotsuki Ayame.)
Al final Eri se vio obligada a tomar el pergamino. Pese a su recelo inicial, no ocurrió nada ni cuando lo cogió ni cuando lo desdobló para que quedara a la vista su contenido. No era más que un mensaje, escrito con una caligrafía más bien tosca pero clara:
Y mientras Nabi seguía intentando llamar desesperadamente la atención de su compañera, el reloj de la pared seguía con su peculiar tictac.
Eran las diez y media.
«A las diez en el puerto.
Recuerda el trato.»
Recuerda el trato.»
Y mientras Nabi seguía intentando llamar desesperadamente la atención de su compañera, el reloj de la pared seguía con su peculiar tictac.
Eran las diez y media.