31/05/2018, 18:40
Había pasado una semana desde que Nabi y ella habían acordado ir a buscar un cachorro para dárselo a Datsue como regalo por su ascenso de rango, unos cinco días desde que habían ido a la perrera a buscar al compañero idóneo para Datsue, el intrépido, cuadro días desde que habían llevado al cachorro de pelaje canela a su casa y dos días desde que se había dado cuenta de que el perro no dejaba de parecerse a Uchiha Datsue.
Primero: era un tacaño.
En la perrera había sido encantador, pero una vez fuera de ella y viendo que Eri tendría que cuidarle hasta ver a Datsue, había optado por intentar jugar con él. Le había comprado una pelota, pero el can era incapaz de jugar con ella. Ahora esa pelota era suya, y no compartía por nada del mundo.
Segundo: era un cotilla.
Cada vez que alguien visitaba a la kunoichi: ya fuese su hermano o Nabi; o incluso su hermana mayor, él tenía que ir a la puerta antes y comenzar a ladrar con aquellos ladridos estridentes y aún agudos que tenía.
Tercero: odiaba a Stuffy.
Sí, pese a su desgracia el perro —el cual todavía no tenía nombre—, era macho, no hembra como había querido desde un primer momento, pero parecía no congeniar con el perro Inuzuka, cosa que dificultaba más el hecho de poder hacerlos amigos.
Cuarto: era un intrépido.
Vamos, que era Uchiha Datsue, pero en perro. Debería llamarlo Datsutse en su honor.
Y aunque no podía evitar acariciarle cuando dormía junto a ella, o cuando se tumbaba en el sofá abarcando la mitad del mismo, «estúpidos perros irresistibles», decidió que al día siguiente el perro se iría con su legítimo dueño y que lo aguantase él, por ello citó a Datsue y a Nabi a su casa para poder entregárselo como una sorpresa, y como excusa, a Datsue le escribió una nota que decía:
Solo faltaba esperar.
Primero: era un tacaño.
En la perrera había sido encantador, pero una vez fuera de ella y viendo que Eri tendría que cuidarle hasta ver a Datsue, había optado por intentar jugar con él. Le había comprado una pelota, pero el can era incapaz de jugar con ella. Ahora esa pelota era suya, y no compartía por nada del mundo.
Segundo: era un cotilla.
Cada vez que alguien visitaba a la kunoichi: ya fuese su hermano o Nabi; o incluso su hermana mayor, él tenía que ir a la puerta antes y comenzar a ladrar con aquellos ladridos estridentes y aún agudos que tenía.
Tercero: odiaba a Stuffy.
Sí, pese a su desgracia el perro —el cual todavía no tenía nombre—, era macho, no hembra como había querido desde un primer momento, pero parecía no congeniar con el perro Inuzuka, cosa que dificultaba más el hecho de poder hacerlos amigos.
Cuarto: era un intrépido.
Vamos, que era Uchiha Datsue, pero en perro. Debería llamarlo Datsutse en su honor.
Y aunque no podía evitar acariciarle cuando dormía junto a ella, o cuando se tumbaba en el sofá abarcando la mitad del mismo, «estúpidos perros irresistibles», decidió que al día siguiente el perro se iría con su legítimo dueño y que lo aguantase él, por ello citó a Datsue y a Nabi a su casa para poder entregárselo como una sorpresa, y como excusa, a Datsue le escribió una nota que decía:
«¡Hola Datsue!
¡Cuánto tiempo! ¿Por qué no vienes a casa? Hace tanto que no nos vemos que casi me estoy olvidando de tu cara, y eso no puede pasar. ¿Qué te parece mañana por la mañana? ¡Te espero aquí!
¡Y no faltes!»
¡Cuánto tiempo! ¿Por qué no vienes a casa? Hace tanto que no nos vemos que casi me estoy olvidando de tu cara, y eso no puede pasar. ¿Qué te parece mañana por la mañana? ¡Te espero aquí!
¡Y no faltes!»
Solo faltaba esperar.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)