1/06/2018, 22:55
No era el olfato más agudo de Uzushiogakure por casualidad. Sentí la proximidad de Datsue apremiandome, pero Eri se negaba a abrir la puerta con presteza, mas se lo tomó con ardua parsimonia. En vista de mi rotundo camino al desastre, tiré por la vía del conocido arte shinobi del camuflaje. Tras tres sellos y muy pocas neuronas trabajando en una imagen para pasar desapercibido mi aspecto era completamente de incognito, Datsue sería incapaz de reconocerme sin su Doujutsu.
—Vaya, vaya, vaya. Pero si es el gran Nabi-sama y Stuffy. ¿A ti también te han invitado?
Se me había olvidado Stuffy por completo. Éste se giró para mirar a Datsue y tras un gruñido volvió a girar la cabeza en señal de falta de respeto hacia el Uchiha. Aún así, decidí seguir adelante con todo.
— Mondie, monami, creu que se equivoca usted. Yo me llamo Nabitsu y este es Stuffemo, el perro emo. Venie a tomar el te con la señorita Eri. Pero si ja ha quedado con usted mejore me marchou.
Me volteé para encarar al recién llegado, él me vería diferente, como yo pero con un bigote que se curvaba hacia arriba contra todo pronostico y gravedad. La visión de Datsue, bueno, le había visto cuando acababan de meterle el bicho ese dentro y la verdad es que peor que eso no era, pero se mantenía en esa linea, ojeroso, con una clara aura de depresión rodeandole.
El hecho significativa era que estaba visiblemente más moreno de lo normal. Era una versión playera de nuestro Uchiha de siempre, con sus ojeras y su sarcasmo habitual. Y también como si le acabasen de dar una paliza otros seres igual de mazados y morenos que él que quisieran robarle todo su oro.
Por suerte, me vi libre de tener que contestar ante la intervención de Eri, que habló exclusivamente con Datsue, haciéndome el conocido como, vacío de Nabi, bautizado por mi, y cuyos derechos poseo, obviamente.
Con lo difícil que era interpretar ese acento preferí esperar a ver como avanzaba la situación antes de volver a jugarmela a abrir la boca, mientras me atusaba mi nuevo bigote, por supuesto.
—Vaya, vaya, vaya. Pero si es el gran Nabi-sama y Stuffy. ¿A ti también te han invitado?
Se me había olvidado Stuffy por completo. Éste se giró para mirar a Datsue y tras un gruñido volvió a girar la cabeza en señal de falta de respeto hacia el Uchiha. Aún así, decidí seguir adelante con todo.
— Mondie, monami, creu que se equivoca usted. Yo me llamo Nabitsu y este es Stuffemo, el perro emo. Venie a tomar el te con la señorita Eri. Pero si ja ha quedado con usted mejore me marchou.
Me volteé para encarar al recién llegado, él me vería diferente, como yo pero con un bigote que se curvaba hacia arriba contra todo pronostico y gravedad. La visión de Datsue, bueno, le había visto cuando acababan de meterle el bicho ese dentro y la verdad es que peor que eso no era, pero se mantenía en esa linea, ojeroso, con una clara aura de depresión rodeandole.
El hecho significativa era que estaba visiblemente más moreno de lo normal. Era una versión playera de nuestro Uchiha de siempre, con sus ojeras y su sarcasmo habitual. Y también como si le acabasen de dar una paliza otros seres igual de mazados y morenos que él que quisieran robarle todo su oro.
Por suerte, me vi libre de tener que contestar ante la intervención de Eri, que habló exclusivamente con Datsue, haciéndome el conocido como, vacío de Nabi, bautizado por mi, y cuyos derechos poseo, obviamente.
Con lo difícil que era interpretar ese acento preferí esperar a ver como avanzaba la situación antes de volver a jugarmela a abrir la boca, mientras me atusaba mi nuevo bigote, por supuesto.
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)