18/06/2018, 21:02
—. Así que al final te has comprado uno tú también
Esa fue la reacción de Datsue al ver al cachorro salir de la habitación de Eri. Seguramente me hubiese reído, desvelando la cruel verdad, si no fuera porque el cabrón me pellizcó a traición, devolviendome a una realidad inbigotil.
— ¡Nooooooooo! ¡Tio! Mi bigote...
Estuve de luto mis cinco segundos antes de olvidarme de eso y volver al tema del regalo de Datsue.
— Por cierto, escuché que tuviste algo que ver en que el despacho del Uzukage se convirtiese en un acuario. Solo por eso te perdono. Hay que tenerlos bien puestos para hacer algo así.
Ah, sí. Lo del regalo de Datsue, justo cuando iba a volver a abrir la boca para decirselo. Eri soltó la bomba.
—. Él es tu regalo...
Estuve atento a lo que se avecinaba. Datsue me miraría a mi, volvería a mirar a Eri, se daría cuenta de que la cosa iba en serio y entonces miraría al perro, su rostro evolucionaría del "Es una broma" al "Esto no vale más de 10 ryos".
— Pero si quieres otro regalo, sientete libre de pedirselo a Stuffemo.
El can estaba custodiando su calcetín, que ahora era de su propiedad, su victoria sobre el cachorro que ahora se llevaba toda la atención. Primero un calcetín y después su cabeza. MUAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAAJA.
Esa fue la reacción de Datsue al ver al cachorro salir de la habitación de Eri. Seguramente me hubiese reído, desvelando la cruel verdad, si no fuera porque el cabrón me pellizcó a traición, devolviendome a una realidad inbigotil.
— ¡Nooooooooo! ¡Tio! Mi bigote...
Estuve de luto mis cinco segundos antes de olvidarme de eso y volver al tema del regalo de Datsue.
— Por cierto, escuché que tuviste algo que ver en que el despacho del Uzukage se convirtiese en un acuario. Solo por eso te perdono. Hay que tenerlos bien puestos para hacer algo así.
Ah, sí. Lo del regalo de Datsue, justo cuando iba a volver a abrir la boca para decirselo. Eri soltó la bomba.
—. Él es tu regalo...
Estuve atento a lo que se avecinaba. Datsue me miraría a mi, volvería a mirar a Eri, se daría cuenta de que la cosa iba en serio y entonces miraría al perro, su rostro evolucionaría del "Es una broma" al "Esto no vale más de 10 ryos".
— Pero si quieres otro regalo, sientete libre de pedirselo a Stuffemo.
El can estaba custodiando su calcetín, que ahora era de su propiedad, su victoria sobre el cachorro que ahora se llevaba toda la atención. Primero un calcetín y después su cabeza. MUAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAAJA.
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)