10/07/2018, 00:50
—¿Le metiste humo en un Brick?
—Sí —respondió a Eri, sin miedo a decir la verdad. Captó en ella una indignación y un reproche mayores a cuando Ayame le había interrumpido su primera vez. Sin duda, había cosas que uno no alcanzaba a comprender su magnitud hasta que le sucedían. «Espero que no llegue a sucederte, Eri-chan». Porque, si ese día llegaba, sabía que la kunoichi estaría de su parte.
—Recopilando... Os encontrásteis aquí, le sellaste una técnica, cosa que me parece bastante cruel y posiblemente sea un atentado contra el Tratado de Paz, porque Ayame es de Amegakure... —enumeró, cruzándose de brazos —. La metes humo en un brick, y luego os caéis... Bueno, tu clon, que se ha dejado el cuello ahí.
—Yo solo os muestro lo que sucedió, Eri-chan. Sin dar mi opinión ni justificarme. Pero… —Pero había cosas que no podía dejar pasar—. Pero no, yo no me caí, a mí me tiraron. Y si sellar un Henge no Jutsu es un atentado contra el Tratado de Paz, entonces hay atentados cada día —concluyó, defensivo—. Solo para que me quede claro. Para ti, sellar un Henge es cruel, y un atentado, pero lo que ella me hizo antes y poner en riesgo mi vida cortando el hilo son… minucias, ¿en comparación?
Recordó aquel día de Eri y Ayame juntas, cantando en dúo. Lo recordó con una clarividencia que asustaba. Sintió un dolor en el pecho, como si le hubiesen clavado un puñal. Riko, la mayoría de compañeros de la Villa, tantos otros extranjeros conocidos… No esperaba de ellos ni comprensión ni que se pusiesen de su parte. Pero, ¿de una amiga?
Que se estuviese posicionando con la enemiga le dolía.
Mientras tanto, la otra ilusión iba por otros derroteros.
— Pero, tío, ¿hay algo que no sepas hacer? Clones, sellos de técnicas, un día de estos vas a romper la delgada linea del espacio tiempo con tanto nivel.
Datsue rio, llevándose una mano a la nuca, ante los halagos de Nabi. Los halagos eran, como seguro su amigo ya sabía, su mayor debilidad.
—Vamos, vamos, no exageres.
Luego, Nabi le dio una dosis de realidad. ¿A quién se le ocurría tirarse tras ella? Según él, su clon había merecido la muerte, y Datsue pensaba que…
—¿Sabes qué? Cuando tienes razón, tienes razón y punto. Nada que objetar, compañero. Piqué de pardillo, lo admito —Nabi no tardó en preguntar qué le había sellado—. Ah, quieres que te lo cuente o…
»¿Qué te lo muestre? No estaba allí cuando se activó la técnica, pero según los datos que obtuve, creo que podría hacer una representación bastante fiel.
—Sí —respondió a Eri, sin miedo a decir la verdad. Captó en ella una indignación y un reproche mayores a cuando Ayame le había interrumpido su primera vez. Sin duda, había cosas que uno no alcanzaba a comprender su magnitud hasta que le sucedían. «Espero que no llegue a sucederte, Eri-chan». Porque, si ese día llegaba, sabía que la kunoichi estaría de su parte.
—Recopilando... Os encontrásteis aquí, le sellaste una técnica, cosa que me parece bastante cruel y posiblemente sea un atentado contra el Tratado de Paz, porque Ayame es de Amegakure... —enumeró, cruzándose de brazos —. La metes humo en un brick, y luego os caéis... Bueno, tu clon, que se ha dejado el cuello ahí.
—Yo solo os muestro lo que sucedió, Eri-chan. Sin dar mi opinión ni justificarme. Pero… —Pero había cosas que no podía dejar pasar—. Pero no, yo no me caí, a mí me tiraron. Y si sellar un Henge no Jutsu es un atentado contra el Tratado de Paz, entonces hay atentados cada día —concluyó, defensivo—. Solo para que me quede claro. Para ti, sellar un Henge es cruel, y un atentado, pero lo que ella me hizo antes y poner en riesgo mi vida cortando el hilo son… minucias, ¿en comparación?
Recordó aquel día de Eri y Ayame juntas, cantando en dúo. Lo recordó con una clarividencia que asustaba. Sintió un dolor en el pecho, como si le hubiesen clavado un puñal. Riko, la mayoría de compañeros de la Villa, tantos otros extranjeros conocidos… No esperaba de ellos ni comprensión ni que se pusiesen de su parte. Pero, ¿de una amiga?
Que se estuviese posicionando con la enemiga le dolía.
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Mientras tanto, la otra ilusión iba por otros derroteros.
— Pero, tío, ¿hay algo que no sepas hacer? Clones, sellos de técnicas, un día de estos vas a romper la delgada linea del espacio tiempo con tanto nivel.
Datsue rio, llevándose una mano a la nuca, ante los halagos de Nabi. Los halagos eran, como seguro su amigo ya sabía, su mayor debilidad.
—Vamos, vamos, no exageres.
Luego, Nabi le dio una dosis de realidad. ¿A quién se le ocurría tirarse tras ella? Según él, su clon había merecido la muerte, y Datsue pensaba que…
—¿Sabes qué? Cuando tienes razón, tienes razón y punto. Nada que objetar, compañero. Piqué de pardillo, lo admito —Nabi no tardó en preguntar qué le había sellado—. Ah, quieres que te lo cuente o…
»¿Qué te lo muestre? No estaba allí cuando se activó la técnica, pero según los datos que obtuve, creo que podría hacer una representación bastante fiel.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado