9/08/2018, 02:37
«¿Datsutse?» Ese era un nombre muy… Guay, porque al fin y al cabo estaba formado por el suyo, pero conocía al pueblo y sus malas lenguas. No tardaría mucho hasta que se cruzase con el primer graciosillo de turno que se inventase algún chiste sobre el parecido de sus nombres. O hiciese alguna rima ofensiva. Y Datsue no podía permitirse el lujo.
Tenía una reputación que mantener, después de todo.
—Hmm… Pues no sé. ¿Y si le llamo el Cancerbero? Oh, no, mejor, el Matatuertos —miró de soslayo a Stuffy—. Espera, espera. ¿El Rompecorazones? —No, tenía que ser algo que pegase con él. Al fin y al cabo, decían que los perros se parecían a sus amos, ¿no? Entonces, tuvo una revelación. Una de esas que se creen un mito, una leyenda urbana, pero que existen y te salvan el examen una vez en la vida—. ¡Datsuse el Matakanes! ¿Lo pilláis? —seguro que no hacía falta ni explicarlo—. Secretamente, todo el mundo sabe, a mí me llaman el Matakages. Matakages, matacanes… ¡Es un juego de palabras perfecto!
¡Empezaba a gustarle eso de tener perro!
Por supuesto, como todo comentario ácido y mordaz que no era capaz de rebatir, Datsue hizo como que no oyó lo dicho sobre Stuffy y que compartían rango. Era tan… vergonzoso, que prefería ni pensar en ello.
Acto seguido Nabi hizo un comentario de lo más inapropiado.
—Pero bueno, ¡Nabi! ¡Esas cosas no se dicen hombre! Por mucha razón que lleves. Que no digo yo que la lleves, ojo —se corrigió rápidamente ante la presencia de Eri—. Que no voy a sacar yo pecho de… No, no. Soy un caballero. ¡Un caballero! —carraspeó. Casualmente tuvo que rascarse el hombro y en el proceso darle la espalda a Eri al mismo tiempo que sus labios se acercaban al oído de Nabi. Todo un contorsionismo--. Que no te digo yo que con alguna Sakamoto… Bueno, bueno. Que digo una, más de una… —repitió carraspeo. Últimamente tenía la garganta fatal—. Pero yo jamás, ¡jamás Nabi! Esto lo estás sacando tú de contexto.
Tenía una reputación que mantener, después de todo.
—Hmm… Pues no sé. ¿Y si le llamo el Cancerbero? Oh, no, mejor, el Matatuertos —miró de soslayo a Stuffy—. Espera, espera. ¿El Rompecorazones? —No, tenía que ser algo que pegase con él. Al fin y al cabo, decían que los perros se parecían a sus amos, ¿no? Entonces, tuvo una revelación. Una de esas que se creen un mito, una leyenda urbana, pero que existen y te salvan el examen una vez en la vida—. ¡Datsuse el Matakanes! ¿Lo pilláis? —seguro que no hacía falta ni explicarlo—. Secretamente, todo el mundo sabe, a mí me llaman el Matakages. Matakages, matacanes… ¡Es un juego de palabras perfecto!
¡Empezaba a gustarle eso de tener perro!
Por supuesto, como todo comentario ácido y mordaz que no era capaz de rebatir, Datsue hizo como que no oyó lo dicho sobre Stuffy y que compartían rango. Era tan… vergonzoso, que prefería ni pensar en ello.
Acto seguido Nabi hizo un comentario de lo más inapropiado.
—Pero bueno, ¡Nabi! ¡Esas cosas no se dicen hombre! Por mucha razón que lleves. Que no digo yo que la lleves, ojo —se corrigió rápidamente ante la presencia de Eri—. Que no voy a sacar yo pecho de… No, no. Soy un caballero. ¡Un caballero! —carraspeó. Casualmente tuvo que rascarse el hombro y en el proceso darle la espalda a Eri al mismo tiempo que sus labios se acercaban al oído de Nabi. Todo un contorsionismo--. Que no te digo yo que con alguna Sakamoto… Bueno, bueno. Que digo una, más de una… —repitió carraspeo. Últimamente tenía la garganta fatal—. Pero yo jamás, ¡jamás Nabi! Esto lo estás sacando tú de contexto.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado