2/09/2018, 17:10
—No se hable más, ¡decidido pues! —exclamó Datsue—. ¡Los Intrépidos se van juntos de misión!
No supo por qué, pero al referirse a ellos como Los intrépidos hizo que el pecho se le hinchase por momentos, entre alegre y bastante alagada porque Datsue volviese a considerarlos importantes. Sí, ya que, después de que tanto él como Akame fuesen elegidos para aquella misión hiper importante donde ambos fueron marcados como Los Hermanos del Desierto, Datsue no había hablado con ellos mucho, ya que se pasaba la mitad de su tiempo con su Hermano, o si no fuera de la villa, y eso, en el fondo, había hecho mella en el entristecido corazón de la pelirroja, quien quería a Datsue como un gran amigo.
—¡Cuenta conmigo! —exclamó, llevada por la emoción del momento, para justo después estampar su puño contra el del Uchiha.
—Espero veros a los dos con chaleco en la misión, que dicen que en las de rango B refresca.
Ella sonrió al Inuzuka, para luego asentir rítmicamente.
—En fin, Eri-chan, Nabi-kun… Os agradezco enormemente el detalle. De corazón. Y os echaba de menos, joder. Pero soy un ninja ocupado. Con obligaciones.
La pelirroja se levantó para acompañar a Datsue y a Datsuse, el matakanes, justo cuando...
— Mierdas, si yo tenía que hacer recados para mi madre. Bueno, chicos, encantado de haberos conocido y todo eso. Vamos, Stuffy. Suerte en el examen, suerte en la vida, suerte con vuestra suerte. Voy a morir joven.
Eri rió y abrió la puerta a sus acompañantes.
—Sí, sí, corred ahora que podéis, yo me quedaré aquí —comenzó a despedirse ella —. ¡Recordad que tenemos una misión pendiente!
Y se quedó en la puerta mirando como sus compañeros y amigos se alejaban para cumplir con sus obligaciones. Quizá ella debería hacer algo también, así que, tras unos minutos, ella también salió por la puerta dispuesta a entrenar un rato.
No supo por qué, pero al referirse a ellos como Los intrépidos hizo que el pecho se le hinchase por momentos, entre alegre y bastante alagada porque Datsue volviese a considerarlos importantes. Sí, ya que, después de que tanto él como Akame fuesen elegidos para aquella misión hiper importante donde ambos fueron marcados como Los Hermanos del Desierto, Datsue no había hablado con ellos mucho, ya que se pasaba la mitad de su tiempo con su Hermano, o si no fuera de la villa, y eso, en el fondo, había hecho mella en el entristecido corazón de la pelirroja, quien quería a Datsue como un gran amigo.
—¡Cuenta conmigo! —exclamó, llevada por la emoción del momento, para justo después estampar su puño contra el del Uchiha.
—Espero veros a los dos con chaleco en la misión, que dicen que en las de rango B refresca.
Ella sonrió al Inuzuka, para luego asentir rítmicamente.
—En fin, Eri-chan, Nabi-kun… Os agradezco enormemente el detalle. De corazón. Y os echaba de menos, joder. Pero soy un ninja ocupado. Con obligaciones.
La pelirroja se levantó para acompañar a Datsue y a Datsuse, el matakanes, justo cuando...
— Mierdas, si yo tenía que hacer recados para mi madre. Bueno, chicos, encantado de haberos conocido y todo eso. Vamos, Stuffy. Suerte en el examen, suerte en la vida, suerte con vuestra suerte. Voy a morir joven.
Eri rió y abrió la puerta a sus acompañantes.
—Sí, sí, corred ahora que podéis, yo me quedaré aquí —comenzó a despedirse ella —. ¡Recordad que tenemos una misión pendiente!
Y se quedó en la puerta mirando como sus compañeros y amigos se alejaban para cumplir con sus obligaciones. Quizá ella debería hacer algo también, así que, tras unos minutos, ella también salió por la puerta dispuesta a entrenar un rato.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)