11/09/2018, 17:36
(Última modificación: 11/09/2018, 17:38 por Inuzuka Nabi. Editado 1 vez en total.)
La sonrisa de Hanabi desapareció de golpe, justo cuando Datsue mencionó a Daruu, solo recordarlo le daba dolor de cabeza. Sin embargo, su expresión se aseveró cuando su recién ascendido chunin le aseguró que el muchacho podía aparecerse en el embarcadero de la villa como si tal cosa, con algún extraño jutsu.
— ¿Qué? ¿Cómo? ¡Eso tendrías que haberlo dicho desde el principio, Datsue! Ni con el pacto hubiese sido algo normal o pasable. Ves a ver a Goro o a Kiyomi o a Katsudon mismo, diles que llamen de inmediato a un especialista en Fuinjutsu y que te acompañe al sitio donde apareciste. Tiene que haber algún sello muy poderoso para ser capaz de teletransportar a dos personas. Después habrá que averiguar alguna forma de rastrear esos sellos.
El estrés volvió al despacho de la forma más abrumadora posible. Hanabi mismo abrió las puertas de par en par, esperando que Datsue se marchase con celeridad.
— Corre, ¿cuanto crees que tardará Daruu en revelarle a su kage que puede aparecerse en nuestra villa? — después se giró al jounin que debería estar esperando fuera — Akame, pasa, tengo que decirte un par de cosas y después tienes que ayudar a Datsue con este asunto.
Una vez Datsue hubiese marchado, Hanabi entraría de nuevo en su despacho y empezaría a revisar sus papeles en busca de cualquier pista sobre el paradero de esos sellos. Una brecha en la seguridad lo llamarían, esa brecha ni en el Valle del Fin la encuentras. Partía por completo la seguridad de la villa.
— ¿Qué? ¿Cómo? ¡Eso tendrías que haberlo dicho desde el principio, Datsue! Ni con el pacto hubiese sido algo normal o pasable. Ves a ver a Goro o a Kiyomi o a Katsudon mismo, diles que llamen de inmediato a un especialista en Fuinjutsu y que te acompañe al sitio donde apareciste. Tiene que haber algún sello muy poderoso para ser capaz de teletransportar a dos personas. Después habrá que averiguar alguna forma de rastrear esos sellos.
El estrés volvió al despacho de la forma más abrumadora posible. Hanabi mismo abrió las puertas de par en par, esperando que Datsue se marchase con celeridad.
— Corre, ¿cuanto crees que tardará Daruu en revelarle a su kage que puede aparecerse en nuestra villa? — después se giró al jounin que debería estar esperando fuera — Akame, pasa, tengo que decirte un par de cosas y después tienes que ayudar a Datsue con este asunto.
Una vez Datsue hubiese marchado, Hanabi entraría de nuevo en su despacho y empezaría a revisar sus papeles en busca de cualquier pista sobre el paradero de esos sellos. Una brecha en la seguridad lo llamarían, esa brecha ni en el Valle del Fin la encuentras. Partía por completo la seguridad de la villa.