19/09/2015, 15:01
Las cosas empezaban a caldearse. Al parecer el golpe de la sensei no había bastado para enfriarle los ánimos a Nabi, menos aun cuando luego de levantarse se percato de que tenía un pequeño cumulo de masa sanguinolenta en la coronilla.
La respuesta física del Uchiha fue inmediata, pues sus ojos se tornaron de un color carmesí intenso y el gesto de su rostro denotaba una ira ardiente. Pese a todo esto, el Ishimura solo estaba atento a sí mismo y a los pequeños riachuelos de sangre que se escurrían por su cara.
«Cielos como duele…» —era lo que pensaba el de ojos grises mientras tomaba una servilleta de su bolsillo y se limpiaba la cara.
De nuevo no pudo ver como el rubio se abalanzaba hacia él hasta que ya lo tenía prácticamente encima. Para su suerte la jōnin detuvo el intento de ataque para luego mandarle a rodar por el suelo hasta quedar frente a Juro.
Pero Kazuma no estaba libre de problemas pues la sensei parecía estar enojada. Con una voz fría y dominante le ordeno subir hasta lo más alto de la pared.
«Ya veo como terminara esto… Seguro me dejara caer y luego me dará un sermón sobre la confianza o algún cliché similar» —fue lo que pensó mientras suspiraba al caminar hacia la pared.
Sin poner peros o reparos similares, el joven peliblanco fue caminando hacia la pared designada. La líder le había dicho que subiera hasta lo más alto, lo cual vendría a ser unos dos metros por encima de adonde había llegado Nabi.
«Vale… Es bastante alto, aunque me he caído de lugares peores»
Sin detenerse inicio su asenso, primero un metro, luego dos y luego mas. Desde la vista de aquellos que estaban en el suelo debió parecer que estaba bien, pero la verdad es que la rotura de su nariz sumada a su posición y la altura le estaban provocando unas nauseas y unos mareos bastante fuertes. A pesar de todo logro llegar a lo más alto, tan alto que incluso podía ver hacia la calle de enfrente.
«Esto es difícil, pero supongo que solo debo procurar tener cuidado de no hacerle daño a Juro cuando caiga, y claro también debo evitar caer de cabeza» —fue lo que pensó mientras se tomaba un momento para mirar al cielo.
De cualquier forma planeaba soltar sus pies. Pero pasó lo que esperaba; sintió como la sangre espesa se le devolvía hacia la garganta para luego sentir una fuerte presión en la cabeza. De un momento a otro su vista se nublo y contra su voluntad se precipito hacia el suelo.
Desde abajo se debió de hacer obvio el hecho de que no se había soltado si no que se había caído de verdad. Pero al de ojos grises poco le importaba ya eso, pues había cumplido con el ejercicio y las órdenes, y mientras tuviera el cuerpo flojo y no cayera de cabeza no se haría demasiado daño
La respuesta física del Uchiha fue inmediata, pues sus ojos se tornaron de un color carmesí intenso y el gesto de su rostro denotaba una ira ardiente. Pese a todo esto, el Ishimura solo estaba atento a sí mismo y a los pequeños riachuelos de sangre que se escurrían por su cara.
«Cielos como duele…» —era lo que pensaba el de ojos grises mientras tomaba una servilleta de su bolsillo y se limpiaba la cara.
De nuevo no pudo ver como el rubio se abalanzaba hacia él hasta que ya lo tenía prácticamente encima. Para su suerte la jōnin detuvo el intento de ataque para luego mandarle a rodar por el suelo hasta quedar frente a Juro.
Pero Kazuma no estaba libre de problemas pues la sensei parecía estar enojada. Con una voz fría y dominante le ordeno subir hasta lo más alto de la pared.
«Ya veo como terminara esto… Seguro me dejara caer y luego me dará un sermón sobre la confianza o algún cliché similar» —fue lo que pensó mientras suspiraba al caminar hacia la pared.
Sin poner peros o reparos similares, el joven peliblanco fue caminando hacia la pared designada. La líder le había dicho que subiera hasta lo más alto, lo cual vendría a ser unos dos metros por encima de adonde había llegado Nabi.
«Vale… Es bastante alto, aunque me he caído de lugares peores»
Sin detenerse inicio su asenso, primero un metro, luego dos y luego mas. Desde la vista de aquellos que estaban en el suelo debió parecer que estaba bien, pero la verdad es que la rotura de su nariz sumada a su posición y la altura le estaban provocando unas nauseas y unos mareos bastante fuertes. A pesar de todo logro llegar a lo más alto, tan alto que incluso podía ver hacia la calle de enfrente.
«Esto es difícil, pero supongo que solo debo procurar tener cuidado de no hacerle daño a Juro cuando caiga, y claro también debo evitar caer de cabeza» —fue lo que pensó mientras se tomaba un momento para mirar al cielo.
De cualquier forma planeaba soltar sus pies. Pero pasó lo que esperaba; sintió como la sangre espesa se le devolvía hacia la garganta para luego sentir una fuerte presión en la cabeza. De un momento a otro su vista se nublo y contra su voluntad se precipito hacia el suelo.
Desde abajo se debió de hacer obvio el hecho de que no se había soltado si no que se había caído de verdad. Pero al de ojos grises poco le importaba ya eso, pues había cumplido con el ejercicio y las órdenes, y mientras tuviera el cuerpo flojo y no cayera de cabeza no se haría demasiado daño