31/12/2018, 02:18
Fue un proceso interesante, eso de ver el compromiso que asumía Datsue al retirar cada una de sus prendas que desteñían cierta posición social para adoptar su nuevo papel.
—Si pudieras, tendrías que dejar esos ojos tuyos, también. El Sharingan, cuidado con eso. Tākoizu Nahana lo conoce. Bastante bien —y aquella revelación contuvo, también, el nombre de su maestra—. también tiene dos hijas, y es viuda. Viven con ella en el Templo. Su maestresala responde al nombre de Furune, un cincuentón que la acompaña desde hace décadas. Él organiza los bajos menesteres, a los domésticos y al cuidado del templo en general.
—Si pudieras, tendrías que dejar esos ojos tuyos, también. El Sharingan, cuidado con eso. Tākoizu Nahana lo conoce. Bastante bien —y aquella revelación contuvo, también, el nombre de su maestra—. también tiene dos hijas, y es viuda. Viven con ella en el Templo. Su maestresala responde al nombre de Furune, un cincuentón que la acompaña desde hace décadas. Él organiza los bajos menesteres, a los domésticos y al cuidado del templo en general.