5/01/2019, 19:01
Soroku pareció meditarlo durante un rato. No es como si tuviera pocas opciones —la única marca visible era aquella inmensa quemadura en su rostro—. pero le pareció sensato elegir bien. Se acercó a Datsue y extendió su brazo, girándolo y postrando frente al uzujin la muñeca izquierda.
Ahí. Ahí quería la marca.
Ahí. Ahí quería la marca.