10/01/2019, 00:57
«Es bueno»
—Ná, ná, súbete; que ya partimos.
—Estamos listos. Prepárate, muchacho, será viaje bastante pesado.
Y, joder... vaya que sí lo fue.
Fueron cinco largos días de viaje. Se suponía que en carruaje tendría que haber sido al menos la mitad, pero Datsue aprendió lo difícil que era mantener esa cosa andando. Los contratiempos fueron diversos: las yeguas debían descansar, ser alimentadas e hidratadas. Pincharon al menos unas tres veces la rueda, teniendo que encarrilarla nuevamente en el eje a punta de fuerza pura y dura. También hubo algunos tramos entre el Puente Kanabi y la frontera con el País de la Tierra que eran de difícil acceso, pero que eran los más seguros para viajar de noche.
Además, ellos también debían recuperar energías, y pararon en un par de posadas a lo largo de todo el trayecto.
Pero al fin podían decir que se encontraban cerca. Si Datsue había visitado Tsuchi no Kuni alguna vez, tendría la certeza de que se estaban sumergiendo cada vez más en el corazón de las Montañas de la Tierra. Amplios cañones y parajes rocosas con cientos de años de deformación tectónica. Una maravilla de la naturaleza, sin duda alguna.
—Ná, ná, súbete; que ya partimos.
—Estamos listos. Prepárate, muchacho, será viaje bastante pesado.
Y, joder... vaya que sí lo fue.
. . .
Fueron cinco largos días de viaje. Se suponía que en carruaje tendría que haber sido al menos la mitad, pero Datsue aprendió lo difícil que era mantener esa cosa andando. Los contratiempos fueron diversos: las yeguas debían descansar, ser alimentadas e hidratadas. Pincharon al menos unas tres veces la rueda, teniendo que encarrilarla nuevamente en el eje a punta de fuerza pura y dura. También hubo algunos tramos entre el Puente Kanabi y la frontera con el País de la Tierra que eran de difícil acceso, pero que eran los más seguros para viajar de noche.
Además, ellos también debían recuperar energías, y pararon en un par de posadas a lo largo de todo el trayecto.
Pero al fin podían decir que se encontraban cerca. Si Datsue había visitado Tsuchi no Kuni alguna vez, tendría la certeza de que se estaban sumergiendo cada vez más en el corazón de las Montañas de la Tierra. Amplios cañones y parajes rocosas con cientos de años de deformación tectónica. Una maravilla de la naturaleza, sin duda alguna.