11/01/2019, 02:29
(Última modificación: 11/01/2019, 02:31 por Umikiba Kaido. Editado 1 vez en total.)
—Jagaimo —completó Soroku—. y tiene doce. Aunque intuyo que tendrá poca incidencia en la forma de gobierno de su familia. Es lo más cercano a que tú, más joven, hubieras vestido el sombrero de una sombra.
Soroku siempre anduvo adelante, guiando el paso. Tenía todo el cuidado del mundo con cada que daba, y se tomaba el tiempo de advertir a su seguidor dónde pisar según que tramo del ascenso estuviera transitando en ese momento. Datsue y Soroku cruzaron un último risco —daba un vértigo de cojones echar un vistazo hacia abajo—. que les dio acceso a una enorme planicie estilizada y, probablemente, trabajada por la mano del hombre. Y es que si el uzujin trataba de darle sentido al trayecto, pronto entendería que el camino que habían tomado prácticamente les permitió dar vuelta entera a toda la montaña hasta llegar a la cima de su propia formación, de la que nacía, prácticamente, unas enormes escaleras que anunciaban la entrada.
Al final de las mismas, un gran arco de calizo de ébano con kanjis tallados.
Soroku siempre anduvo adelante, guiando el paso. Tenía todo el cuidado del mundo con cada que daba, y se tomaba el tiempo de advertir a su seguidor dónde pisar según que tramo del ascenso estuviera transitando en ese momento. Datsue y Soroku cruzaron un último risco —daba un vértigo de cojones echar un vistazo hacia abajo—. que les dio acceso a una enorme planicie estilizada y, probablemente, trabajada por la mano del hombre. Y es que si el uzujin trataba de darle sentido al trayecto, pronto entendería que el camino que habían tomado prácticamente les permitió dar vuelta entera a toda la montaña hasta llegar a la cima de su propia formación, de la que nacía, prácticamente, unas enormes escaleras que anunciaban la entrada.
Al final de las mismas, un gran arco de calizo de ébano con kanjis tallados.
鉄寺
Templo del Hierro
Templo del Hierro