12/01/2019, 23:08
La anciana casi pega un brinco, y a Ranko se le escapó un vocablo de sorpresa. No era para menos, quizás nunca habían visto la técnica madre de los Inuzuka. No era algo que se viese todos los días, y pese a que todos o casi todos los shinobis conocen el henge, aplicarlo a un animal sonaba casi disparatado. Etsu no quiso darle mayor importancia al asunto, y la mujer se acercó para examinar a ambos rastas. Ésta pareció reconocer las marcas faciales típicas del clan, mas no perdió demasiado tiempo en el genin amante de los can. Rápidamente pasó a Hanamura, y tras éste pasó a la kunoichi. Para cuando ésta habló sobre la chica, desveló un dato que hasta el momento había pasado desapercibido para el Inuzuka. La mujer de la pipa, la jounin que había dado comienzo a ésta misión, era la madre de Ranko.
«¡Ostras!»
La anciana se dirigió entonces hacia el mostrador, el cuál dejó atrás, su verdadero objetivo era la trastienda. Comenzó a buscar entre cajones, mientras daba una pequeña didáctica sobre las plantas. Apenas cinco minutos mas tarde, la mujer apareció de nuevo, con cinco bolsas de cáñamo que iban acompañadas de una tarjeta, afianzada a éstas por un cordel.
Tras repartir las bolsas, la mujer comenzó a ilustrar a los chicos acerca de cómo eran las plantas que debían buscar, unas plantas de nombres mas raros que un perro verde. Pero bueno, al menos tenían esas imágenes para tener una referencia, y la señora comentó algunas pautas que debían tener en cuenta para realizar un buen trabajo. Dio consejos sobre cómo tomar las plantas, así de por dónde podían buscarlas en el bosque. Toda ayuda era bien recibida. Entre tanto, Hanamura había estado tomando nota como un cosaco. No había dejado escapar nada sin apuntarlo, se le veía realmente metido en el papel. Al terminar la mujer, preguntó si les había quedado todo claro.
Kazuma fue el primero en hacer un inciso, tenía varias dudas que no tardó en lanzar. Preguntó si había alguna hierba ilegal, preguntó si necesitaban algún equipo mas a parte del proporcionado, y por último preguntó si había algún posible impedimento para su recolección; ya fuese por animales salvajes en la cercanía, o por hierbas de características parecidas.
—Yo tengo una única petición. Si tiene algún resquicio de esas hierbas, me gustaría poder echarle un vistazo, o mejor dicho... olerlas. Soy capaz de distinguir muy bien los olores, y sería capaz de rastrearlas sin problemas si conozco ya de antemano el olor que desprenden. Si tuviese algún resto, ahorraríamos mucho tiempo de trabajo, la verdad. Supongo que sería beneficioso para todos.
«¡Ostras!»
La anciana se dirigió entonces hacia el mostrador, el cuál dejó atrás, su verdadero objetivo era la trastienda. Comenzó a buscar entre cajones, mientras daba una pequeña didáctica sobre las plantas. Apenas cinco minutos mas tarde, la mujer apareció de nuevo, con cinco bolsas de cáñamo que iban acompañadas de una tarjeta, afianzada a éstas por un cordel.
Tras repartir las bolsas, la mujer comenzó a ilustrar a los chicos acerca de cómo eran las plantas que debían buscar, unas plantas de nombres mas raros que un perro verde. Pero bueno, al menos tenían esas imágenes para tener una referencia, y la señora comentó algunas pautas que debían tener en cuenta para realizar un buen trabajo. Dio consejos sobre cómo tomar las plantas, así de por dónde podían buscarlas en el bosque. Toda ayuda era bien recibida. Entre tanto, Hanamura había estado tomando nota como un cosaco. No había dejado escapar nada sin apuntarlo, se le veía realmente metido en el papel. Al terminar la mujer, preguntó si les había quedado todo claro.
Kazuma fue el primero en hacer un inciso, tenía varias dudas que no tardó en lanzar. Preguntó si había alguna hierba ilegal, preguntó si necesitaban algún equipo mas a parte del proporcionado, y por último preguntó si había algún posible impedimento para su recolección; ya fuese por animales salvajes en la cercanía, o por hierbas de características parecidas.
—Yo tengo una única petición. Si tiene algún resquicio de esas hierbas, me gustaría poder echarle un vistazo, o mejor dicho... olerlas. Soy capaz de distinguir muy bien los olores, y sería capaz de rastrearlas sin problemas si conozco ya de antemano el olor que desprenden. Si tuviese algún resto, ahorraríamos mucho tiempo de trabajo, la verdad. Supongo que sería beneficioso para todos.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~