12/01/2019, 23:39
El capricho de Urami acabó de pronto, sin embargo, cuando se percató de la presencia de aquel calvo. La alegría le inundó los pómulos, sonrojados y se quitó de las manos del guardia para correr hasta los brazos de Soroku. Él la abrazó, fraternal, devolviéndole el gesto. Parecía que se conocían y bastante bien.
—¡Soroku-chan, volviste! —alzó la mirada, efusiva—. ¡qué bueno verte, en serio! no sabes, me estaba volviendo loca. No soportaba un minuto estar aquí arriba viendo las mismas caras.
—¿Aún sigues intentando escaparte en la ciudad, como cuando eras una cría?
—Sigo sin estar hecha para esta vida, Soroku-chan. ¡Por favor, llévame contigo, porfavoooor. Mi juventud se está desperdiciando con el polvo y las rocas de esta estúpida montaña —volteó a ver a Datsue. Era la mirada de un ángel—. ¿uhmm, y éste quién es?
—¡Soroku-chan, volviste! —alzó la mirada, efusiva—. ¡qué bueno verte, en serio! no sabes, me estaba volviendo loca. No soportaba un minuto estar aquí arriba viendo las mismas caras.
—¿Aún sigues intentando escaparte en la ciudad, como cuando eras una cría?
—Sigo sin estar hecha para esta vida, Soroku-chan. ¡Por favor, llévame contigo, porfavoooor. Mi juventud se está desperdiciando con el polvo y las rocas de esta estúpida montaña —volteó a ver a Datsue. Era la mirada de un ángel—. ¿uhmm, y éste quién es?
Carisma 80