13/01/2019, 00:17
El ángel alzó una ceja. Nahana se volteó por primera vez, curiosa, para ver en primera fila la interacción de su hija menor con su nuevo pupilo.
—¿Y tú qué haces aquí, sinapellido Gūzen?
—Lo recomendé para ser el nuevo pupilo de tu madre. Vivirá con vosotros un tiempo.
Urami soltó una risilla histérica.
—Yo queriendo salir y el resto siguen viniendo por su propia cuenta. ¡Es divertidísimo!
—El resto es agradecido a diferencia de ti. Otros valoran nuestras raíces más que tú, que llevas la sangre del padre de mi padre. Ya te lo dije, te podrás ir cuando cumplas los dieciocho. Mientras tanto sigues bajo mi custodia, ¿entendido?
Aquella reprimenda pareció afectar más a Datsue que a la mismísima Urami, que aún observaba a Datsue. Le parecía interesante.
—Ay, sí, anciana, ¡ya te oí! —le guiñó el ojo a Datsue—. Furune-san, estoy hambrienta. ¿Me harías uno de esos deliciosos crep que preparas tú? y también a Gūzen. Luce hambriento.
Furune asintió, entre negaciones, también. Aunque él ya estaba acostumbrado a la actitud e Urami.
—¿Y tú qué haces aquí, sinapellido Gūzen?
—Lo recomendé para ser el nuevo pupilo de tu madre. Vivirá con vosotros un tiempo.
Urami soltó una risilla histérica.
—Yo queriendo salir y el resto siguen viniendo por su propia cuenta. ¡Es divertidísimo!
—El resto es agradecido a diferencia de ti. Otros valoran nuestras raíces más que tú, que llevas la sangre del padre de mi padre. Ya te lo dije, te podrás ir cuando cumplas los dieciocho. Mientras tanto sigues bajo mi custodia, ¿entendido?
Aquella reprimenda pareció afectar más a Datsue que a la mismísima Urami, que aún observaba a Datsue. Le parecía interesante.
—Ay, sí, anciana, ¡ya te oí! —le guiñó el ojo a Datsue—. Furune-san, estoy hambrienta. ¿Me harías uno de esos deliciosos crep que preparas tú? y también a Gūzen. Luce hambriento.
Furune asintió, entre negaciones, también. Aunque él ya estaba acostumbrado a la actitud e Urami.