11/10/2015, 18:16
El moreno habia alegrado la cara ante el positivismo de Nabi, no es que el rubio no fuera positivo, es que raramente lo exhibia. Supusó que podria hacer una excepción con aquella panda de pirados que tenia por equipo, pero tampoco una excepción muy excepcional. Al menos seria sincero con ellos, en las cosas que fueran necesarias e imprescindibles.
La bola de fuego gigante es nuestra mejor y unica baza, pero recuerda que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.
Mientras Nabi y Juro se estaban partiendo la espalda cepillando aquella pared tan gris como sus miradas llenas de pesar y sufrimiento, Kazuma habia estado tranquilamente descansando a pesar de que todo el daño que habia sufrido era autoinfligido. Bueno, ya llevaban más de media pared más que refrotada, cuando apareció el peliblanco.
Por un instante, el rubio pensó que venia a ayudarles, pero el buen humor del shinobi le dejó claro que no. Por suerte, el subidon del combate ya se le estaba pasando al Uchiha, así que volvia a ser tan serio como antes, o puede que más. El Ishimura habia entrado como si nada en el patio y lo único que habia anunciado era que traia buenas noticias. Sin más.
Nabi se apoyó en su cepillo, lo cual era un poco raro dado que estaba pegado a una pared vertical, y una mirada tan fria como la noche más oscura del invierno seria toda la respuesta que recibiria el recien llegado.
La bola de fuego gigante es nuestra mejor y unica baza, pero recuerda que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.
Mientras Nabi y Juro se estaban partiendo la espalda cepillando aquella pared tan gris como sus miradas llenas de pesar y sufrimiento, Kazuma habia estado tranquilamente descansando a pesar de que todo el daño que habia sufrido era autoinfligido. Bueno, ya llevaban más de media pared más que refrotada, cuando apareció el peliblanco.
Por un instante, el rubio pensó que venia a ayudarles, pero el buen humor del shinobi le dejó claro que no. Por suerte, el subidon del combate ya se le estaba pasando al Uchiha, así que volvia a ser tan serio como antes, o puede que más. El Ishimura habia entrado como si nada en el patio y lo único que habia anunciado era que traia buenas noticias. Sin más.
Nabi se apoyó en su cepillo, lo cual era un poco raro dado que estaba pegado a una pared vertical, y una mirada tan fria como la noche más oscura del invierno seria toda la respuesta que recibiria el recien llegado.
—Nabi—