14/01/2019, 19:51
(Última modificación: 14/01/2019, 19:52 por Umikiba Kaido. Editado 1 vez en total.)
Un tiburón azul nació de entre las aguas y rodeó a su invocador en un acecho fraternal hasta dejarse ver y sujetar la aleta superior. El rey del océano hecho del chakra más puro navego entre las calmas mareas y se introdujo, junto a su dueño, hasta sus oscuras profundidades. La luz de Luna se hacía cada vez más lejana con cada legua se sumersión.
Y el Valle de las sombras aceptó, finalmente; la intromisión de un loco enamorado.
Uchiha Datsue pisó el fondo del lecho marino. Sintió la arena abrazarle los pies desnudos. Podía escuchar las vibraciones del agua y de su corazón bombeando a cien por hora.
Entonces la vio. Al ras de una piedra caliza encadenada e inconsciente. Sus cabellos carmesí flotaban como cientos me medusas estupefactas alrededor de su rostro impoluto. Lucia igual que siempre. Aunque esta vez; más hermosa que nunca.
Y el Valle de las sombras aceptó, finalmente; la intromisión de un loco enamorado.
Uchiha Datsue pisó el fondo del lecho marino. Sintió la arena abrazarle los pies desnudos. Podía escuchar las vibraciones del agua y de su corazón bombeando a cien por hora.
Entonces la vio. Al ras de una piedra caliza encadenada e inconsciente. Sus cabellos carmesí flotaban como cientos me medusas estupefactas alrededor de su rostro impoluto. Lucia igual que siempre. Aunque esta vez; más hermosa que nunca.